"Competimos con nosotros mismos"

En su estudio de grabación, Nacho Cano (28 años) también da los últimos toques a la gira de Mecano -"Me apetece actuar porque no tengo novia y me da igual levantarme en Toledo que en Cancún, solo que acompañado"-, aunque de manera diferente a la de su hermano. Su tarea consiste en poner a punto las programaciones que, almacenadas en disco óptico, intentarán acercar el sonido en directo al logrado en la grabación. Nacho Cano es más vehemente, menos introvertido, y su conversación se ciñe a la técnica musical."Al principio componía partiendo del piano, de la melodía", dice, "y desde el disco ant...

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En su estudio de grabación, Nacho Cano (28 años) también da los últimos toques a la gira de Mecano -"Me apetece actuar porque no tengo novia y me da igual levantarme en Toledo que en Cancún, solo que acompañado"-, aunque de manera diferente a la de su hermano. Su tarea consiste en poner a punto las programaciones que, almacenadas en disco óptico, intentarán acercar el sonido en directo al logrado en la grabación. Nacho Cano es más vehemente, menos introvertido, y su conversación se ciñe a la técnica musical."Al principio componía partiendo del piano, de la melodía", dice, "y desde el disco anterior empecé a trabajar sobre el ritmo. Intento que la voz de Ana forme parte de los arreglos, que las canciones no sean bases pregrabadas que acompañan a una voz, sino que todo tenga ambiente". Y se lanza a explicar las 24 pistas de voces utilizadas en canciones como El fallo positivo, en los seis días empleados en la grabación de estas voces y en las posibilidades de avanzar en el tratamiento vocal.

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El sistema de trabajo de Nacho. Cano tiene poco que ver con el de su hermano. "Así como la teoría de José de alimentarse del talento de otros es buena para él, en mi caso funciona la intimidad de lo hecho entre pocas personas. Son dos ópticas distintas".

Estas diferencias son las que obligan a los dos hermanos a componer, arreglar, grabar y producir sus canciones por separado, un distanciamiento que alcanza a las entrevistas, que también se realizan individualmente. Esta separación artística y personal no parece poner en peligro, por el momento, la vida de Mecano. "Todo depende de tu situación anímica, y hasta qué punto tu ego esté cubierto. Mi única fórmula es trabajar más y ahora me apetece ponerme a preparar el siguiente disco, porque me siento bien dentro del grupo y de los derroteros que ha tomado. Los cambios creativos han ido a más, llegando a niveles muy sutiles. Esto te crea una paranoia, y mi problema es que la gente que trabaja conmigo no me mande a tomar por culo. Tenemos que arriesgar un poco, que vean que estamos preocupados, compitiendo con nosotros mismos y no pensando en vivir de las rentas".

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