Editorial:

Alternativa al PCUS

EL LLAMAMIENTO de nueve personalidades soviéti cas a crear un "movimiento por la reforma democrática", hecho público el 1 de julio en Moscú, puede marcar una fecha decisiva en la lucha por desbancar a los comunistas del poder en la URSS. Tal iniciativa ha sido posible gracias a la convergencia,de trayecto rias dispares y de posiciones no plenamente coincidentes. Por una parte, los alcaldes de Moscú y Leningrado abandonaron el PCUS -como hizo Yeltsin- en el verano de 1990. Sus éxitos electorales se deben en gran parte a un enfrentamiento rotundo con los comunistas. Pero también firman el llamam...

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EL LLAMAMIENTO de nueve personalidades soviéti cas a crear un "movimiento por la reforma democrática", hecho público el 1 de julio en Moscú, puede marcar una fecha decisiva en la lucha por desbancar a los comunistas del poder en la URSS. Tal iniciativa ha sido posible gracias a la convergencia,de trayecto rias dispares y de posiciones no plenamente coincidentes. Por una parte, los alcaldes de Moscú y Leningrado abandonaron el PCUS -como hizo Yeltsin- en el verano de 1990. Sus éxitos electorales se deben en gran parte a un enfrentamiento rotundo con los comunistas. Pero también firman el llamamiento personas que siguen en el PCUS, como Alexandr Yákovlev, consejero de Gorbachov; el coronel Rutskoi (elegido vicepresidente de Rusia con Yeltsin), o Volski, miembro del comité central.En ese marco, la dimisión del PCUS de Shevardnadze -la figura de más relieve mundial después de Gorbachov- ha sido importante. Deja claro que el objetivo esencial del movimiento es preparar un nuevo partido capaz de sustituir al PCUS en la gobernación de la URSS. Se tomará una decisión sobre este punto en una conferencia convocada para septiembre. Hay diferencias entre los nueve sobre la valoración de la lucha interna que se desarrolla actualmente en el PCUS. El comité central, en una reunión inminente, estudiará un nuevo programa reformista. Gorbachov quiere utilizar el debate para aislar a los conservadores. La creación del nuevo movimiento -abierto a los comunistas pogresistas- puede contribuir sin ninguna duda a la derrota de los inmovilistas. Ello explica que Gorbachov haya hecho una declaración de apoyo al proyecto. Es probable, incluso, que el plan de algunos de los firmantes, como Yákovlev, sea preparar una plataforma amplia, en parte dentro del PCUS y en parte fuera, que sirva para apoyar a Gorbachov. No olvidemos que en un plazo no lejano el, próximo presidente de la URSS deberá ser elegido por sufragio directo.

El pragmatismo de que han dado muestra los nueve al evitar de momento presentarse como un partido ha suscitado retraimiento en sectores para los cuales la creación de una fuerza democrática capaz de gobernar debe hacerse fuera de toda relación con el PCUS. Sin embargo, la creación de partidos -republicano, democrático, liberal, socialdemócrata- no ha permitido salir de una política de grupos. Las grandes movilizaciones y los éxitos electorales fueron obra de Rusia Democrática, un movimiento de diversas corrientes. El problema esencial hoy -y es la base de.la coincidencia con Gorbachov- es que el PCUS no es sólo un partido, sino un aparato estatal, con su peso enorme en el KGB y el Ejército. Ahí radica el principal obstáculo para que el pluralismo político pueda ser realidad. Los refórmistas, probablemente, necesitarán una fase de acción en el seno del PCUS, alentando su sector más renovador.

El factor decisivo del actual momento político es la derrota aplastante sufrida por el PCUS en las elecciones del presidente ruso, las primeras en que hubo un enfrentamiento en toda la regla. Se quedó en un 15% y, sin duda, en otras repúblicas -con fuerte presencia nacionalista-, ni siquiera alcanzaría esa cifra. Sin embargo, el PCUS sigue dominando todos los puestos del poder soviético y la mayoría en el Sóviet Supremo. Es una anormalidad evidente, en la medida en que el objetivo proclamado de la perestroika es la democracia. Es, precisamente, a convertir tal objetivo en realidad a lo que tiende el llamamiento de los nueve, y para ello necesitarán pasar a una fase distinta, creando un partido que sea capaz de representar a esa amplísima corriente popular que se expresó en las urnas a favor de Yeltsin. Uno de los obstáculos mayores en esa difícil tarea, que ya empezó a manifestarse, es la tendencia a separarse en grupos enfrentados sobre temas que hoy son secundarios.

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