Pugna por los beneficios de la prueba del sida tras la renuncia de Gallo

La renuncia del norteamericano Robert Gallo a la paternidad del descubrimiento del virus del sida mediante una carta publicada en la revista Nature el pasado 30 de mayo, pone en primer plano los intereses económicos derivados de la competencia entre los equipos del Instituto Pasteur de París y el National Cáncer Institute, de Estados Unidos. Actualmente los beneficios se reparten al 50% entre ambos.En 1987 los Gobiernos de Francia y Estados Unidos llegaron a un acuerdo, firmado por el primer ministro Jacques Chirac y el presidente Reagan, por el que las instituciones científicas de cada...

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La renuncia del norteamericano Robert Gallo a la paternidad del descubrimiento del virus del sida mediante una carta publicada en la revista Nature el pasado 30 de mayo, pone en primer plano los intereses económicos derivados de la competencia entre los equipos del Instituto Pasteur de París y el National Cáncer Institute, de Estados Unidos. Actualmente los beneficios se reparten al 50% entre ambos.En 1987 los Gobiernos de Francia y Estados Unidos llegaron a un acuerdo, firmado por el primer ministro Jacques Chirac y el presidente Reagan, por el que las instituciones científicas de cada país se repartirían, al 50%, las patentes derivadas de la identificación del virus, primer paso que permite realizar análisis que aseguren si una persona es o no seropositiva y de una futura vacuna contra la enfermedad.

La carta de Robert Gallo, aún admitiendo la anticipación de los trabajos de Montagnier, pone en duda hasta qué punto el profesor francés era consciente de lo que había descubierto, pues da a entender que los cultivos enviados por el Instituto Pasteur contenían más de un virus y que, quizá, fue él quien lo aisló.

Probar la tesis

Para Luc Montagnier, el acuerdo de 1987 sólo tiene sentido porque, en aquella época, "conocíamos pocas cosas sobre las variaciones del virus y no disponíamos de la técnica que nos permite hoy la ampliación del ADN. Nos era muy difícil entonces probar nuestra tesis. Además, dado el enorme coste de los gastos de abogados y del poco presupuesto del Pasteur, no podíamos embarcarnos en un proceso que durase varios años".

Según el periodista John Crewdson, del Chicago Tribune, el Gobierno de EE UU sabía, desde 1985 y gracias a una investigación de Peter Fischinger, codirector del National Cáncer Institute, que Gallo no era el descubridor del virus. Crewdson concluye que "lo sucedido en el laboratorio de Gallo durante el invierno de 1983-1984 es un misterio que quizá nunca sabremos. Sólo hay algo seguro: allí ocurrió, en el mejor de los casos, un accidente; en el peor, un robo"

Gallo apareció en la noche del jueves en la televisión francesa, furioso y afirmando que era víctima de "un montaje de los medios de comunicación destinado a desacreditarle". Insinuó una conspiración francesa.

Para el científico español Rafael Nájera, director del Instituto de Salud Carlos III y experto en sida, "toda la polémica en torno al virus del sida es un prurito tonto y sacado de contexto, porque los descubrimientos científicos siempre han sido colectivos", informa Lucía Argos. Nájera recuerda para identificar el virus del sida el equipo de Montagnier utilizó los sueros preparados por Gallo tras descubrir el primer retrovirus humano, "y si los linfocitos T se pueden cultivar, es gracias a otro descubrimiento de Gallo como es la interleuquina II (factor celular de crecimiento de las células T)".

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