Con distinto vuelo

El norteamericano Jazz-Tap Ensemble es un grupo que practica desde hace 11 años el claqué fusionado a la música de jazz. Los dos estilos se repartieron el jueves por igual el escenario, pero no la dedicación del público, pues el vuelo de la música alcanzó cotas de comunicación y emoción muy diferentes a la exhibición de claqué. Durante las dos horas de espectáculo, el cuarteto jazzístico desgranó una extensa serie de melodías, entre las que había piezas conocidas de los grandes -Ellington, Monk, Davis-, composiciones del mismo director y estupendas improvisaciones, que enseguida con...

El norteamericano Jazz-Tap Ensemble es un grupo que practica desde hace 11 años el claqué fusionado a la música de jazz. Los dos estilos se repartieron el jueves por igual el escenario, pero no la dedicación del público, pues el vuelo de la música alcanzó cotas de comunicación y emoción muy diferentes a la exhibición de claqué. Durante las dos horas de espectáculo, el cuarteto jazzístico desgranó una extensa serie de melodías, entre las que había piezas conocidas de los grandes -Ellington, Monk, Davis-, composiciones del mismo director y estupendas improvisaciones, que enseguida consiguieron lo que es propio del jazz: sensibilizar, caldear el ambiente y hacer que el público escuchase con placer.

Al tiempo, los tres bailarines acompañaban la música con su propia melodía de pies. A ratos improvisaban y otras veces componían pequeños cuadros que mejor entrarían en el campo del soul musical que en el de la danza, dentro del cual resultaban bastante sositos.

Sobresalió la técnica de Sam Weber y gustó mucho la contundencia y naturalidad del joven Mark Mendonca. Si bien el Jazz-Tap Ensemble hizo pasar una noche agradable y el público lo demostró con sus aplausos, hay que señalar lo poco que este grupo aportaba dentro de una muestra de danza contemporánea. Y este pudo ser el motivo por el que algunos espectadores, desconcertados, abandonaran el local sin esperar el descanso.