LA BATALLA POR EL PODER LOCAL

El eje está en Valencia

Los resultados electorales de 1987 arrebataron a los socialistas la mayoría absoluta en las tres capitales de la Comunidad Valenciana. El PSOE mantuvo la hegemonía total en ciudades industriales como Elche y Alcoy, entre otras. Mientras la coalición con el CDS ha permitido a los socialistas ocupar la alcaldía de Castellón y los acuerdos concretos con los centristas e Izquierda Unida han sido la tónica dominante en Alicante, el mandato municipal en Valencia ha estado plagado de incidentes.Los conflictos con la dirección del partido llevaron al socialista Ricard Pérez Casado a dimitir como alcal...

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Los resultados electorales de 1987 arrebataron a los socialistas la mayoría absoluta en las tres capitales de la Comunidad Valenciana. El PSOE mantuvo la hegemonía total en ciudades industriales como Elche y Alcoy, entre otras. Mientras la coalición con el CDS ha permitido a los socialistas ocupar la alcaldía de Castellón y los acuerdos concretos con los centristas e Izquierda Unida han sido la tónica dominante en Alicante, el mandato municipal en Valencia ha estado plagado de incidentes.Los conflictos con la dirección del partido llevaron al socialista Ricard Pérez Casado a dimitir como alcalde de Valencia en diciembre de 1988. Relevado por Clementina Ródenas, la alcaldía de Valencia ha estado en varias ocasiones pendiente de una moción de censura. No obstante, los grupos de la derecha -PP y Unión Valenciana- no consiguieron ganar al CDS para su propósito de desbancar al PSOE.

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La conquista de la alcaldía de la capital se ha convertido en el eje de toda la campaña electoral en el País Valenciano. El peso económico, demográfico y cultural de Valencia la convierten en el centro de una batalla entre las fuerzas de derecha (Partido Popular y Unión Valenciana) y la izquierda (PSOE e Izquierda Unida). La profunda crisis del CDS puede dejar fuera del Ayuntamiento a los centristas.No obstante, los socialistas han mantenido el control de la inmensa mayoría de las ciudades de más de 50.000 habitantes. Orihuela, que cuenta con un alcalde popular, y Sagunto, en manos de un independiente ex socialista, se hallan entre las escasas excepciones al predominio del PSOE.

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