"Los carteles son casi perfectos"

La feria de San Isidro más cara de la historia, con un presupuesto superior a los 800 millones de pesetas, tiene unos carteles "casi perfectos" para los empresarios de la plaza. Así los califica José Luis Lozano, gerente de la empresa Toresma, pese a las ausencias de siete diestros de primera línea. Lozano explica que la mayoría de ellos no quisieron venir y se justificaron poniendo condiciones imposibles de atender.Los argumentos del empresario para calificar así los carteles se basan en que, a excepción de Emilio Muñoz, están contratados todos los matadores que terminaron en 1990 en los quin...

La feria de San Isidro más cara de la historia, con un presupuesto superior a los 800 millones de pesetas, tiene unos carteles "casi perfectos" para los empresarios de la plaza. Así los califica José Luis Lozano, gerente de la empresa Toresma, pese a las ausencias de siete diestros de primera línea. Lozano explica que la mayoría de ellos no quisieron venir y se justificaron poniendo condiciones imposibles de atender.Los argumentos del empresario para calificar así los carteles se basan en que, a excepción de Emilio Muñoz, están contratados todos los matadores que terminaron en 1990 en los quince primeros lugares del escalafón. "Vienen además", continúa, "las tres figuras que han reaparecido este año, Paco 0jeda, Niño de la Capea y Ruiz Miguel. Así como diestros muy del gusto de Madrid y que recuperamos el año pasado, como El Inclusero, Frascuelo y Pepín Jiménez".

En el aspecto torista presume de haber traído de nuevo a la divisa de Miura, junto a otras consideradas duras, a las que se unen en el abono las comerciales, "porque hay que satisfacer a todo el mundo". En cuanto a las ausencias de Curro Romero y Rafael de Paula, reconoce que no se les llamó porque piensa que encajan mejor fuera de feria.

Argumenta que los excesivo honorarios que exigían Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz, muy por encima de sus cotizaciones habituales, impidieron contratarles: "No tengo la culpa de que la Comunidad les pagase fortísimas sumas en sus corridas del 2 de mayo y de la Beneficencia, respectivamente, porque ese es dinero público y nosotros somos una empresa privada".

Siempre según Lozano, Cepeda exigió unas divisas, Aldea nueva, Garzón y Sepúlveda, cuyos carteles ya estaban cerrados y Jesulín de Ubrique y Aparicio no tenían intención de confirmar su alternativa, aunque dijesen lo contrario en público.

El gerente de Toresma se defiende de las acusaciones de que, con los llenos asegurados, no se han preocupado, excesivamente en negociar y les daba igual que viniera uno que otro. "Eso es exactamente al revés, nos exige mucho más", comenta, "porque no vamos a una liquidación por derribo. Somos profesionales durante más de 40 años y aspiramos a cerrar con broche de oro nuestra carrera. Por ejemplo, hicimos grandes esfuerzos para convencer a Espartaco y Ojeda, que no querían venir, así como fueron dificilísimas las negociaciones con Joselito y Niño de la Capea. Pero aquí están todos".

Estos cuatro diestros son los más caros, mientras que al ganadero que más se le ha pagado ha sido a Eduardo Miura. Precisamente la divisa de Guardiola se ha quedado un año más fuera por querer cobrar lo mismo que Miura, "que supera en historia, mito y cartel a todas las demás", señala Lozano.

La empresa ofreció a todas las figuras el actuar tres tardes, lo que sólo aceptaron Roberto Domínguez, Víctor Mendes, Joselito y Fernando Lozano, al que su tío José Luis asegura no tratar con privilegio: "De enchufe, nada, que se lo ganó en el ruedo, como máximo triunfador de 1990 y único matador de toros que salió a hombros en la pasada feria. Además ha aceptado matar murteiras sin darse tanta publicidad como Espartaco"

La presencia de dos diestros mexicanos, Armillita Chico y Eloy Cavazos, la justifica porque son máximas figuras en su país:

"En México se celebran 500 corridas al año y con muchos puestos ocupados por españoles. Era justo que nosotros les demos una oportunidad, que a la vez servirá de variedad a la feria".