La industria adopta un código de conducta anticontaminante

Los jefes de Estado y de Gobierno que el próximo año asistirán en Brasil a la conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo hallarán entre sus documentos uno esencial: la Carta de las Empresas para un Desarrollo Sostenido, hecha pública ayer en Holanda durante la segunda reunión industrial mundial dedicada a la gestión del entorno (WICEM II).El texto, elaborado por la Cámara Internacional de Comercio, pretende convertirse en un código de conducta susceptible de ser adoptado por toda clase de compañías en su búsqueda de productos y servicios no contaminantes. Sus 16 puntos cu...

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Los jefes de Estado y de Gobierno que el próximo año asistirán en Brasil a la conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo hallarán entre sus documentos uno esencial: la Carta de las Empresas para un Desarrollo Sostenido, hecha pública ayer en Holanda durante la segunda reunión industrial mundial dedicada a la gestión del entorno (WICEM II).El texto, elaborado por la Cámara Internacional de Comercio, pretende convertirse en un código de conducta susceptible de ser adoptado por toda clase de compañías en su búsqueda de productos y servicios no contaminantes. Sus 16 puntos cuentan ya con el apoyo de unas 150 firmas internacionales.

"Al siglo XXI debemos llegar con una transformación de nuestra actual forma de contaminar. Sólo así podremos suprimirla", señaló James Gustave Speth, presidente del Instituto Mundial de Recursos. En sus dos días de sesiones, WICEM II tratará de mostrar a los empresarios que la preservación del entorno puede ser también un buen negocio. "La tecnología debe formar parte de las soluciones sobre la contaminación en lugar de ser su causa principal", dijo Steph.

En su principio octavo, la Carta propone a las empresas que analicen la contaminación derivada de la fabricación de sus productos, así como las materias primas que emplean. En el 13º,este reglamento moral patrocina "la transferencia de tecnologías y métodos de gestión respetuosos con el entorno, en el conjunto de los sectores públicos y privados". La Carta debe ser suscrita de forma voluntaria por las empresas. Precisamente su carácter de compromiso moral llevó ayer a las organizaciones ecologistas holandesas a condenarla, por ser un documento "demasiado amplio y poco comprometido que olvida, en su definición de desarrollo sostenido, la preservación de los recursos naturales".

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