Crítica:

El 'heavy' elegante

David Lee RothDavid Lee Roth, voz. Joey Holmes, guitarra. Todd Jensen, bajo. Gregg Bissonette, batería, y, Prett Tuggie, teclados. Madrid, Pabellón de Deportes del Real Madrid.Miércoles, 27 de marzo. Precio: 2.000 pesetas. Aforo: 4.000 personas.

Gracias al éxito de público y crítica de Van Halen, su anterior grupo, David Lee Roth se convirtió en una estrella. Y como tal, su carrera en solitario ha conocido los excesos habituales en esta casta: culto exacerbado a la imagen, tendencia a los shows grandiosos, coreografías afectadas, incluso cierto flirteo con géneros musicales q...

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David Lee RothDavid Lee Roth, voz. Joey Holmes, guitarra. Todd Jensen, bajo. Gregg Bissonette, batería, y, Prett Tuggie, teclados. Madrid, Pabellón de Deportes del Real Madrid.Miércoles, 27 de marzo. Precio: 2.000 pesetas. Aforo: 4.000 personas.

Gracias al éxito de público y crítica de Van Halen, su anterior grupo, David Lee Roth se convirtió en una estrella. Y como tal, su carrera en solitario ha conocido los excesos habituales en esta casta: culto exacerbado a la imagen, tendencia a los shows grandiosos, coreografías afectadas, incluso cierto flirteo con géneros musicales que neutralizan lo anterior (el cabaré, por ejemplo).

El concierto madrileño del norteamericano contó con todos estos elementos. pero David Lee Roth es, ante todo. responsable histórico (semanal, como se dice ahora) de un particularísimo concepto del rock duro. Y sus logros permanecen inalterados, nunca anquilosados. Roth ha forzado sus límites, y aunque el resultado posee la grandilocuencia inherente al heavy americano, la tensa cohesión que existe entre los planos instrumentales dota a su música de interés y emoción.

Riqueza

Cuenta para ello con el concurso de músicos excepcionales, que aúnan virtuosismo y sentido del rock. Sus intervenciones están milimetradas, pero la riqueza de sus propuestas es constante.

El guitarrista encadena frascos breves con galopantes sucesiones de acordes poderosos. El bajo escapa a los arquetipos del rock duro y lleva a cabo un trabajo percusivo muy complejo. Batería y teclados colman un tarro herméticamente cerrado pero con sus esencias en continuo movimiento.

David Lee Roth canta. También habla, seudorrecita, detiene la actuación, la vuelve a poner en marcha, lo controla todo a su antojo. Su dominio del repertorio es Lotal, y sus condiciones vocales le permiten desde el agudo chillido hasta la balada contenida (uno de los mejores momentos del recital, en el cual la banda mostró su adaptabilidad y elegancia sobre un terreno que removieron hasta alejarse del tópico).

Además de las canciones pertenecientes a sus discos en solitario, David Lee Roth recuperó los viejos éxitos de Van Halen. El archicon.ocido tema Jump cerró el concierto, y el público, entregado, disfrutó de esta canción que sintetiza niucho de lo aportado por su autor: envoltorio de lujo para una música fuerte y épica, puro rock duro norteamericano.

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