SANIDAD

Los responsables del Clínico afirman que nunca ha funcionado mal el tratamiento con fotones

El funcionamiento del acelerador lineal del hospital Clínico de Zaragoza en su modalidad de tratamiento con fotones fue revisado tres veces desde que se detectó la avería en el de electrones el pasado diciembre, "y su lectura ha sido absolutamente correcta", explicó ayer el jefe de sección de oncología radioterápica del hospital Ricardo Escó. "Ni yo ni ningún otro médico hemos visto a ningún paciente tratado con fotones con síntomas de radiación aguda", añadió.

El presidente de la Sociedad Española de Radioterapia y Oncología, Jordi Craven-Bartle, asume en principio el argumento técnico...

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El funcionamiento del acelerador lineal del hospital Clínico de Zaragoza en su modalidad de tratamiento con fotones fue revisado tres veces desde que se detectó la avería en el de electrones el pasado diciembre, "y su lectura ha sido absolutamente correcta", explicó ayer el jefe de sección de oncología radioterápica del hospital Ricardo Escó. "Ni yo ni ningún otro médico hemos visto a ningún paciente tratado con fotones con síntomas de radiación aguda", añadió.

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El presidente de la Sociedad Española de Radioterapia y Oncología, Jordi Craven-Bartle, asume en principio el argumento técnico facilitado por el Clínico, pero es partidario de que se corrobore con la autopsia del hasta ahora único fallecido del grupo tratado con fotones.El pasado jueves falleció en Huesca un enfermo de cáncer tratado con fotones durante las fechas de la avería. La familia ni tiene ni ha pedido un informe sobre las causas del fallecimiento. "Sólo sabemos que cuando llegó de Zaragoza, se vino abajo en dos días. No podía ni hablar", dijo Pablo Ciprés Ara, hijo del fallecido. La explicación de Escó sobre este último detalle es que el 90% de los pacientes con cáncer de pulmón sometidos a radioterapia presentan molestias en el esófago que remiten en 30 días y que su supervivencia no supera los tres meses. Muchos de los pacientes son tratados con radioterapia exclusivamente para aliviar el dolor.

En la máquina se produce un haz de electrones que se utiliza tal cual o se hace chocar con un blanco de tungsteno (un metal pesado de alto número atómico, llamado también volframio) para generar fotones. El haz de fotones pasa por una serie de filtros de modo que una variación anómala de energía "tendría poca trascendencia desde el punto de vista clínico", según Escó.

El 20 de diciembre, el mismo día que se detuvieron los tratamientos defectuosos con el acelerador lineal de electrones, se efectuó la primera revisión del haz de fotones, que resultó correcta. El sistema fue sometido a una nueva revisión en el mes de enero, esta vez tras una avería simulada, y a una tercera cuando el pasado jueves volvió a fallar tras cuatro horas de funcionamiento. Según la información que comunicaron los físicos del Clínico de Zaragoza y que confirmó ayer Escó, en todas estas mediciones las lecturas de fotones fueron absolutamente correctas, mientras que para los electrones fueron absolutamente incorrectas". La máquina permanece inactiva a la espera de la llegada hoy a Zaragoza de técnicos franceses de General Electric, fabricante del aparato.

Javier Seoane, el juez encargado del caso, no sólo pidió la lista de los 27 pacientes tratados con electrones, sino también la de los 31 sometidos al haz de fotones durante el período de disfunción del acelerador, entre el 10 y el 20 de diciembre.

Protocolo de autopsias

En declaraciones a este periódico, explicó que ha elaborado un protocolo para que todos los forenses realicen autopsias homogéneas de los posibles fallecidos por esta causa y posteriormente le sean remitidas. Seoane no descarta que la investigación en marcha se amplíe para dilucidar si la avería también pudo afectar a los tratamientos con fotones.Hasta el momento han declarado los pacientes supervivientes de la lista de los 27 (han fallecido ya seis) y tres responsables del hospital Clínico. Próximamente lo harán los dos técnicos, uno del hospital y otro de General Electric, encargados del mantenimiento del acelerador, aunque el juez rehusó aclarar cuál de los dos fue el autor material de la revisión el 7 de diciembre. "Aquí hay un baile de fechas", se limitó a decir.

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