POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Ocho procesados en EE UU por fraude a un banco italiano en favor de Irak

Horas después de que concluyera la guerra del Golfo, un gran jurado de Estados Unidos procesó por lo criminal a cuatro iraquíes -dos banqueros y dos funcionarios del Ministerio de Industria y Producción Militar-, así como a un banco iraquí, tres banqueros norteamericanos, un ciudadano turco y a su empresa. Todos ellos han sido acusados de asociarse para defraudar a la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) de Roma. Un fraude cuyo objetivo podría haber sido financiar la ahora destrozada máquinarla militar de Sadam Husein.El acta de procesamiento acusa a los dos funcionarios y a un empleado de una de ...

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Horas después de que concluyera la guerra del Golfo, un gran jurado de Estados Unidos procesó por lo criminal a cuatro iraquíes -dos banqueros y dos funcionarios del Ministerio de Industria y Producción Militar-, así como a un banco iraquí, tres banqueros norteamericanos, un ciudadano turco y a su empresa. Todos ellos han sido acusados de asociarse para defraudar a la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) de Roma. Un fraude cuyo objetivo podría haber sido financiar la ahora destrozada máquinarla militar de Sadam Husein.El acta de procesamiento acusa a los dos funcionarios y a un empleado de una de las sucursales del banco italiano de actuar a espaldas de sus superiores, entre finales de 1985 y agosto de 1989, para facilitar créditos y préstamos a Irak por encima de los 4.000 millones de dólares (cerca de 400.000 millones de pesetas).

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El fiscal general de Estados Unidos, Dick Thornbugh, explicó en conferencia de prensa que las investigaciones continúan para averiguar si estos fondos -teóricamente destinados a la adquisición de bienes agrícolas- fueron desviados a las arcas militares.

El acta de acusación afirma que la BNL abrió en 1982- una oficina en Atlanta (Georgia), cuyo gerente gozaba de una capacidad limitada para ampliar créditos unilateralmente. Según la tiscalía, este funcionario sobrepasó con creces su capacidad de maniobra y se abstuvo de informar a sus superiores de las ampliaciones por él otorgadas. "Mediante el uso de la más moderna tecnología", los acusados "se permitieron el lujo de robar a uno de los principales bancos italianos (...) casi mediante la simple pulsación de un botón".

El montaje se basaba, según el acta de procesamiento, en la utilización de medios ultramodernos para esconder la concesión de créditos, desde una caja B almacenada en ordenadores personales hasta libros de registro guardados en maleteros de coches y en las casas de los acusados.

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