Adolfo Suárez a los 'barones' de UCD: "Os dejo resuelto el problema militar"

Palacio de la Moncloa, 26 de enero de 1981. Faltan cuatro días para que Adolfo Suárez anuncie su dimisión a los españoles, por medio de un mensaje en TVE. El presidente del Gobierno reúne a los barones del partido centrista y les anuncia su intención de renunciar la presidencia del Gobierno. Al hacer un repaso de lo que había sido su obra de gobierno, Suárez les dice: "Por lo menos os dejo resuelto el probIema militar".El ex ministro de Asunto Exteriores, José Pedro Pérez Llorca, comenta que no podrá olvidarse de esa frase mientras viva. El es uno de los convencidos de que la clave de l...

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Palacio de la Moncloa, 26 de enero de 1981. Faltan cuatro días para que Adolfo Suárez anuncie su dimisión a los españoles, por medio de un mensaje en TVE. El presidente del Gobierno reúne a los barones del partido centrista y les anuncia su intención de renunciar la presidencia del Gobierno. Al hacer un repaso de lo que había sido su obra de gobierno, Suárez les dice: "Por lo menos os dejo resuelto el probIema militar".El ex ministro de Asunto Exteriores, José Pedro Pérez Llorca, comenta que no podrá olvidarse de esa frase mientras viva. El es uno de los convencidos de que la clave de la dimisión de Suárez hay que buscarla en las críticas recibidas y en la incidencia de éstas en otras personas. "Sufrió un proceso de deterioro político y psicológico".

Rodolfo, Martín Villa también recuerda la escena, en términos muy parecidos, y aporta más detalles. Suárez mencionó a la Iglesia, al Opus Dei y a la banca como tres sectores con los que no había podido, "pero dijo que había conseguido resolver el problema del Ejército".

Suárez dijo a los barones aquel 26 de enero: "Todos aquí pensáis que yo ya no sirvo". Dirigentes centristas como Fernando Abril Martorell no habían pensado eso, ni tampoco Rafael Calvo Ortega, ni Pérez Llorca, ni Rafael Arias Salgado, ni Pío Cabanillas, todos ellos a excepcion de Abril- presentes en la reunión. Pero se había producido una dura lucha por el poder dentro de la organización centrista: existía un problema de encaje muy dificil entre el grupo parlamentario, el partido y el Gobierno, frente a una oposición socialista bien organizada y en medio de una crisis económica muy fuerte y rumores ocasionales de inquietud en el seno de las Fuerzas Armadas.

"Adolfo Suárez acusaba toda la tensión que el clima de asalto político a su persona había producido. Sufrió las consecuencias de un intento de sustituirle desde dentro de UCD, a lo Margareth Thatcher, pero en un caucus extraño y sin reglas del juego", explica Alberto Oliart miembro de los Gobiernos de Suárez -aunque no formaba parte de los llamados barones y ministro de Defensa a raíz del 23-F.

"Yo creo que el golpe se generó en el ambiente de susto ante* las libertades de una parte de la sociedad que se sintió amenazada", añade Oliart. "Lo que ocurre es que entre los golpistas había designios diferentes: se mezclaban los que deseaban una reforma de la Constitución con restos de la Falange. Ellos hablaban de vacío de poder cuando Suárez estaba en el Gobierno, acosado por la oposición y por gran parte de la prensa. Al dejar de producirse los motivos alegados por estos sectores, el golpe se precipitó: fue una solución desnuda de justificaciones, porque era dificil dar un golpe contra una persona como Leopoldo Calvo Sotelo y una ILJCD reconstituida". Algunas versiones propagan la idea de que el presidente Suárez buscó y no encontró la ayuda del Monarca para resistir el acoso a que estaba siendo sometido.Suárez entregó su carta de dimisión al Rey en la mañana del 28 de enero, veinticuatro horas después de una comida con el Monarca en la que anunció su intención de renunciar a la presidencia.

El jefe del Gobierno pareció sorprendido de la naturalidad con que el Rey llamó al jefe de su Casa, Sabino Fernández Campos, a los postres, para preguntarle cuáles eran los trámites para cubrir la presidencia. Al día siguiente, Adolfo Suárez formalizó su dimisión por carta.

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