'Seiscientos' turboalimentado

En directo, Montana hace rock and roll, y la imagen edulcorada de sus apariciones televisivas -baladas, duduá- se va al garete porque Antonio Alcázar tiene una voz afortunadamente tópica para esta música.Y su banda cumple. La base rítmica sustenta a los guitarristas. Sergio del Palacio toca fiero y sin florituras. A los teclados estaba Ollie Halsall, productor de Montana, y su labor tuvo el efectismo de los pianos percusivos del rock de los cincuenta, aunque hubo estridencia en el instrumento.

Los temas de Montana recrean con sorna la temática más prosaica de la cultura ur...

En directo, Montana hace rock and roll, y la imagen edulcorada de sus apariciones televisivas -baladas, duduá- se va al garete porque Antonio Alcázar tiene una voz afortunadamente tópica para esta música.Y su banda cumple. La base rítmica sustenta a los guitarristas. Sergio del Palacio toca fiero y sin florituras. A los teclados estaba Ollie Halsall, productor de Montana, y su labor tuvo el efectismo de los pianos percusivos del rock de los cincuenta, aunque hubo estridencia en el instrumento.

Los temas de Montana recrean con sorna la temática más prosaica de la cultura urbana: el amor adolescente, los coches y la maldición del lunes laboral. Alcázar los interpreta con autoridad, pero su banda es briosa e incurre en ocasiones en desorden y conflicto entre los planos instrumentales. Así, la voz no viaja en Rolls-Royce, sino -como dice una de las canciones- en seiscientos turboalimentado. A medida que la maquinaria se sofistique, Montana hará realidad su deseo de instalación en el pasado.