Reportaje:

Voces distantes

Indios y esquimales reclaman su patrimonio a los museos canadienses

En Canadá se hablan 15 lenguas y casi 60 dialectos. Ante el brillo de las tensiones entre anglófonos y francófonos se olvidan a menudo los problemas de otras comunidades de inmigrantes y no digamos de esquimales e indios, los nativos originales. "Las reclamaciones de territorios tienen más resonancia", dice Paul Carpentier, director de Colecciones e Investigación del Museo de las Civilizaciones de Ottawa."Pero con relativa frecuencia se producen en todos los museos alegando derechos de herencia, reclamaciones de ciudadanos indios sobre objetos que exhibimos. Las soluciones no son fáciles. Diga...

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En Canadá se hablan 15 lenguas y casi 60 dialectos. Ante el brillo de las tensiones entre anglófonos y francófonos se olvidan a menudo los problemas de otras comunidades de inmigrantes y no digamos de esquimales e indios, los nativos originales. "Las reclamaciones de territorios tienen más resonancia", dice Paul Carpentier, director de Colecciones e Investigación del Museo de las Civilizaciones de Ottawa."Pero con relativa frecuencia se producen en todos los museos alegando derechos de herencia, reclamaciones de ciudadanos indios sobre objetos que exhibimos. Las soluciones no son fáciles. Digamos que, de modo general, tenemos tendencia a devolver los objetos de carácter sagrado, por supuesto siempre que haya una base para considerar que los reclamantes pueden heredarlos".

En estos asuntos de patrimonio nacional o tribal se intenta ir, en la política cultural canadiense, con pies de plomo. "Hay que tomarse un tiempo e investigar", dice Carpentier, "porque son frecuentes los casos de picaresca, como reclamar algún objeto que nunca ha pertenecido a la propia comunidad aprovechando el desconocimiento oficial de ciertas culturas indias".

Fragmentación

Culturas sumamente fragmentadas, sobre todo tras la irrupción de los europeos. En las luchas contra el poder británico algunas tribus se alinearon con los rebeldes anglófonos y otras con los francófanos, y esa división idiomática subsiste.Por otra parte, las lenguas -es decir, la memoria- de la comunidades indias se han perdido en buena parte. En 1911 murió la última anciana que hablaba hurón; por fortuna se pudo registrar su voz y conservar un considerable tesoro de vocablos. Pero lo normal es que el inglés -o el francés- sea ya la lengua, más o menos corrompida, de relación entre los indios.

Los elementos políticamente más conscientes de esas comunidades tratan de rescatar sus raíces, pero en muchas ocasiones sólo hay una recuperación kitsch por ejemplo, esos jefes indios vestidos según los westerns.

Comunidades

Sin embargo, más allá de los indios a los que, de cuando en cuando, se ve arrastrar el paso por las grandes ciudades canadienses, siguen existiendo, a pocos kilómetros de esos centros, ciertas comunidades, como los naskapi, afincados en el norte de Quebec y Labrador, que continúan en sus tiendas y haciendo una vida parecida a sus antepasados."Con los inuit (esquimales) las negociaciones suelen ser más fáciles", dice Paul Carpentier. "Son comunidades que han realizado una síntesis más rápida con lo moderno. Se acostumbraron muy pronto a utll'z ar, por ejemplo, las motos de nieve, y su arte, en especial la escultura, que se expone de manera destacada en todos los museos canadienses, ha integrado sus tradiciones con las técnicas occidentales. Por otra parte se ha conseguido un alfabeto operativo del tronco lingüístico inuit gracias, en gran medida, a la labor investigadora de los misioneros".

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