El uso de hormonas en la menopausia debe restringirse a casos de riesgo, según expertos

La admnistración de fármacos hormonales tras la menopausia no debe plantearse como un tratamiento sistemático para todas las mujeres, como sostienen destacados ginecólogos. Más bien como un tratamiento que se debe utilizar únicamente en determinados casos, cuando la mujer se encuentre en una situación de riesgo, según concluyeron ayer los participantes en el simposio internacional Salud y Calidad de Vida, clausurado en la ciudad sanitaria de Valle de Hebrón de Barcelona. La administración de combinados hormonales reduce el riesgo de cardiopatías y de descalcificación ósea, según estudio...

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La admnistración de fármacos hormonales tras la menopausia no debe plantearse como un tratamiento sistemático para todas las mujeres, como sostienen destacados ginecólogos. Más bien como un tratamiento que se debe utilizar únicamente en determinados casos, cuando la mujer se encuentre en una situación de riesgo, según concluyeron ayer los participantes en el simposio internacional Salud y Calidad de Vida, clausurado en la ciudad sanitaria de Valle de Hebrón de Barcelona. La administración de combinados hormonales reduce el riesgo de cardiopatías y de descalcificación ósea, según estudios recientes.

Los congresistas defienden "la necesidad de realizar investigaciones de epidemiología clínica para delimitar con mayor precisión los grupos de población femenina en el que el tratamiento hormonal estaría indicado". En opinión del ginecólogo Joaquim Calaf, del hospital de Sant Pau de Barcelona, el tratamiento hormonal debe ser un complemento de otras medidas a adoptar para aminorar los efectos indeseables de la menopausia.

En sus conclusiones, los congresistas advierten del peligro que representa el incremento de mujeres fumadoras, especialmente concentrado en las capas de población femenina de mayor nivel cultural.

El consumo de tabaco tiene efectos muy perniciosos sobre la salud de la mujer, entre ellos, aumentar el riesgo de cáncer de mama, agravar el proceso de osteoporosis, acelerar el proceso de envejecimiento de la piel e incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El efecto del tabaco es mayor sobre las mujeres por su relación con patologías ginecológicas graves.

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