El tamaño español de jeringuillas impide instalar máquinas expendedoras noruegas

Los yonquis (consumidores de drogas duras) de Madrid tendrán que esperar hasta finales de año para conseguir condones y jeringuillas desechables gratuitas en máquinas expendedoras. La consejera de Integración Social, Elena Vázquez, se ha visto obligada a aplazar la colocación en la ciudad de siete máquinas de Noruega a causa de la diferencia de tamaño entre las jeringuillas desechables nórdicas y las españolas, notablemente mayores.

Con esta medida se pretende evitar el contagio de enfermedades como el SIDA y la hepatitis que se propagan a través de la sangre debido a la costumbre de lo...

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Los yonquis (consumidores de drogas duras) de Madrid tendrán que esperar hasta finales de año para conseguir condones y jeringuillas desechables gratuitas en máquinas expendedoras. La consejera de Integración Social, Elena Vázquez, se ha visto obligada a aplazar la colocación en la ciudad de siete máquinas de Noruega a causa de la diferencia de tamaño entre las jeringuillas desechables nórdicas y las españolas, notablemente mayores.

Con esta medida se pretende evitar el contagio de enfermedades como el SIDA y la hepatitis que se propagan a través de la sangre debido a la costumbre de los heroínomanos de "economizar" las jeringuillas compartiéndolas. Obtener el émbolo para chutarse la heroína no es una misión fácil por lo que suelen aprovechar al máximo cada una de ellas. Con esta medida se pretende evitar el riesgo a contraer el síndrome mortal. En Madrid hay unos 12.000 heroínomanos por lo que las siete primeras máquinas servirán tan sólo para averiguar la acogida del experimento.Durante estos días se encuentra en Noruega un enviado especial del Plan Regional contra la Droga, el programa para disminuir el consumo de drogas en la región de Madrid que ha sido elaborado conjuntamente por el Ayuntamiento y la Comunidad. Su misión es estudiar los requisitos de mantenimiento de los siete aparatos expendedores que se pretenden instalar en la ciudad.

Su objetivo: conseguir que los ingenieros noruegos adapten las siete máquinas al tamaño de los las jeringuillas que se emplean para los chules españoles. De no ser así, no se podría realizar la importación, puesto que los consumidores de heroína por vía intravenosa tienen que introducir una usada, que sin duda será española, para sacar, al mismo tiempo, un condón y otra jeringuilla limpia de gérmenes.

Negativa de los farmacéuticos

Una vez importadas las máquinas, se planteará el problema de su ubicación. Los farmacéuticos se niegan a instalarlas en sus locales, y el diputado regional de Izquierda Unida y promotor de la idea, Salvador Torrecilla, aboga por su instalación en los centros penitenciarios.

Elena Vázquez, sin embargo, aún no ha adelantado los puntos donde se instalarán las primeras máquinas. Su ubicación no será definitiva, sino en régimen de prueba que, en caso de que ofrezca buenos resultados, se estudiará la compra de más aparatos.

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