A medio gas

Cuando Siniestro Total apareció en el escenario de la plaza de toros de Las Ventas, perecía que la noche era suya. Durante una hora interpretaron sus principales éxitos, que son muchos, con el desparpajo, la frescura y la desinhibición que caracteriza al grupo vigués. No estaba Miguel Costas, uno de los pilares de Siniestro Total, y el sonido y la interpretación no alcanzaron, ni de lejos, el nivel habitual del grupo. Pero al público le importó un bledo. Cantó, gritó ¡Pachanga! recordando a Mano Negra y se sumergió en las canciones divertidas, etílicas y corrosivas del cuarteto, declara...

Cuando Siniestro Total apareció en el escenario de la plaza de toros de Las Ventas, perecía que la noche era suya. Durante una hora interpretaron sus principales éxitos, que son muchos, con el desparpajo, la frescura y la desinhibición que caracteriza al grupo vigués. No estaba Miguel Costas, uno de los pilares de Siniestro Total, y el sonido y la interpretación no alcanzaron, ni de lejos, el nivel habitual del grupo. Pero al público le importó un bledo. Cantó, gritó ¡Pachanga! recordando a Mano Negra y se sumergió en las canciones divertidas, etílicas y corrosivas del cuarteto, declarado desde hace tiempo de utilidad pública por sus seguidores. Triunfo total.Los cinco componentes de Radio Futura aparecieron en escena uniformados como una orquesta de baile, quizá para suavizar protagonismos y equiparar la figura de Santiago Auserón con la del resto del grupo. Tras unos breves compases de La negra flor, Radio Futura comenzó su actuación con Imagen pública, un alegato contra la manipulación, verdadera bestia negra del pensamiento del grupo. Desde el principio, el planteamiento del recital fue serio, coherente y sobriamente musical. El público estaba más frio que con Siniestro Total, pero como la bondad artística no implica necesariamente alaridos de gozo ni adhesiones inquebrantables, el grupo pudo mantener su postura distanciada y continuar con un concierto basado en un sonido natural, que presentó el interés que proporciona un grupo que siempre se ha preocupado de dejar bien claras sus intenciones.

Austeros

El actual planteamiento musical de Radio Futura es uno de los más austeros de su carrera. Desde que el guitarrista Ollie Halsall se incorporó al grupo hace más de un año, su música ha variado considerablemente. Santiago Auserón y canciones al margen, Halsall se ha convertido en el tercer vértice del grupo. Alrededor de su guitarra gira el colorido, el preciosismo y los arreglos, pero el grupo suena más lineal y con menos originalidad tímbrica, tampoco enriquecida por los demás músicos. Buen degustador del blues, magnífico y preciso instrumentista, Halsall proporciona la esencia del rock que Radio Futura defiende en esta etapa, de su carrera, aunque uniformiza los arreglos y resta personalidad al grupo, en el que Enrique Sierra permanece demasiado tiempo en segundo plano.Balanceándose entre el rock y lo latino, una síntesis acertada, razonable y evidente, Radio Futura ofreció una actuación simplemente correcta. No alcanzó el grado de intensidad de sus últimos recitales en Madrid; la voz de Santiago Auserón tampoco brilló especialmente; la base rítmica padeció algunos desajustes (El tonto Simón) y los arreglos han perdido riqueza. Radio Futura mantuvo fidelidad a su trayectoria, dignidad y coherencia en su defensa a ultranza de la música. Aunque la seriedad intensa de sus canciones se enmarcase en un recital a medio gas.