La imagen triste del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, desmitificada por expertos

La imagen de tristeza y muerte, de poesía etérea y amor puro y subliminado que se tiene de Gustavo Adolfo Bécquer, el autor romántico de las Rimas y Leyendas, ha sido cuestionada por algunos especialistas en el congreso internacional que sobre los dos hermanos, el escritor y el pintor, Valeriano, se ha celebrado en Tarazona y en el monasterio de Veruela (Zaragoza).

El congreso, que se clausuró el sábado y en el que han participado 130 especialistas, ha sido pródigo en novedades: se han presentado varias publicaciones sobre el escritor, y por primera vez se han mostrado al público dos ál...

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La imagen de tristeza y muerte, de poesía etérea y amor puro y subliminado que se tiene de Gustavo Adolfo Bécquer, el autor romántico de las Rimas y Leyendas, ha sido cuestionada por algunos especialistas en el congreso internacional que sobre los dos hermanos, el escritor y el pintor, Valeriano, se ha celebrado en Tarazona y en el monasterio de Veruela (Zaragoza).

El congreso, que se clausuró el sábado y en el que han participado 130 especialistas, ha sido pródigo en novedades: se han presentado varias publicaciones sobre el escritor, y por primera vez se han mostrado al público dos álbumes de dibujos de Valeriano.Los Bécquer fueron hombres de su tiempo, en opinión de los expertos. Críticos y desilusionados en los últimos años, periodo al que pertenece el álbum Los Borbones en pelota, de contenido satírico-político-pornográfico, que ha sido presentado al público por primera vez en el congreso. El profesor de Literatura Española en Estados Unidos Lee Fontanella lo descubrió en la Biblioteca Nacional, y se prepara la edición de las casi 40 acuarelas, de vivos colores, pintadas por Valeriano y con textos de Gustavo Adolfo bajo el seudónimo de Sem. Este álbum replantea la relación de los Bécquer y el poder, y amplía la perspectiva de la vena satírica de los dos hermanos.

Por otra parte, el hispanista francés Robert Pajeard es el autor de la última biografía del poeta titulada Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Leyenda y verdad, que aunque se presentó en el congreso, editada por Espasa Calpe, todavía no se ha puesto a la venta. El primer título previsto para el libro, de más de 600 páginas y un amplio apartado de notas, era el de Vida y obra de un artista en la época isabelina. Para Pajeard, Gustavo Adolfo fue "un hombre total, completo como nosotros, eso sí, de dotes admirables". La leyenda nos lo ha presentado como "un hombre desgraciado, a quien no supo comprender la sociedad española, siempre perdido en sueños y leyendas; poeta del amor puro y sublimado. Todo esto es el resultado de las condiciones en que se editaron sus obras. Sus amigos quisieron dar esa imagen para seducir al público español. Se insistió en los aspectos de tristeza, muerte y poesía etérea".

La realidad es que "fue un hombre que luchó durante seis años en Madrid, como los jóvenes de hoy, para abrirse camino. A los 20 años asume la dirección de una publicación importante, La historia de los templos de España, firma artículos en Época, un periódico destacado: unos de crítica literaria y otros de crítica musical, y ejerció de defensor". Bécquer fue, prosigue su biógrafo, "un artista consciente que combina todas las artes, pues escribe, pinta y tenía dotes musicales. Cada vez que escribe algo nuevo innova. Es un enamorado de su oficio. Los modernistas no se equivocaron al tomarlo como modelo". Pajeard asegura que el encuentro de Tarazona ha sido el más importante desde el celebrado en 1970-1972 con motivo del primer centenario becqueriano. Añade que su biografía "no es la definitiva. Cada 20 años habrá que hacer una nueva, porque saldrán nuevos documentos".

Relaciones

El congreso, en el que se han presentado ocho ponencias y más de 20 comunicaciones, ha contado con destacadas aportaciones para el estudio de los Bécquer. Por primera vez se han estudiado de forma conjunta los dos hermanos, y se ha visto la relación entre las artes: el álbum Expedición de Veruela, pintado por Valeriano, y las cartas Desde mi celda, de Gustavo Adolfo, se complementan e interrelacionan, y fueron realizadas en la misma época, durante el periodo que los dos hermanos pasaron en el monasterio de Veruela, de diciembre de 1863 a julio de 1864, tal como expuso el Darío Villanueva. Es como si Valeriano hubiera pintado lo que escribió Gustavo Adolfo, y al revés.El director científico del congreso, Jesús Rubio, declaró que los especialistas han elevado a un primer plano las Cartas, que hasta ahora estaban por debajo de las Rimas y Leyendas.

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