Cartas al director

La ley es igual para todos

En la edición de EL PAÍS del pasado 6 de agosto se publica una entrevista de Federico Abascal al secretario de Estado de Hacienda, señor Borrell, en la que éste hace la siguiente manifestación: "Lo que es golfo es la actitud de incumplir una ley, sea fiscal o de cualquier otro tipo".Debemos recordar que la Ley de Procedimiento Administrativo obliga a resolver los expedientes, incluidos los de concesión de pensiones, en un plazo máximo de seis meses; que ese mismo plazo es fijado con carácter imperativo por la Ley 37/1984, de 22 de octubre, de reconocimiento de derechos a los militares de la Re...

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En la edición de EL PAÍS del pasado 6 de agosto se publica una entrevista de Federico Abascal al secretario de Estado de Hacienda, señor Borrell, en la que éste hace la siguiente manifestación: "Lo que es golfo es la actitud de incumplir una ley, sea fiscal o de cualquier otro tipo".Debemos recordar que la Ley de Procedimiento Administrativo obliga a resolver los expedientes, incluidos los de concesión de pensiones, en un plazo máximo de seis meses; que ese mismo plazo es fijado con carácter imperativo por la Ley 37/1984, de 22 de octubre, de reconocimiento de derechos a los militares de la República; que si exceptuamos un total de 37 casos en los que los interesados obtuvieron sentencia directa de los tribunales ordinarios, las primeras resoluciones dictadas en aplicación de Ja sentencia 116/1987, de 7 de julio, del Tribunal Constitucional no se produjeron hasta febrero de 1989; que ésta es la fecha en que un elevadísimo número de expedientes del título 1 de dicha

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Ley 37/1984 iniciados en 1985 se halla todavía pendiente de resolver; que a un alto porcentaje de pensiones del título 11 de la misma norma legal aún no le han sido aplicadas las mejoras que para ellas determinó la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 1989, que debieran haber sido hechas efectivas en enero de ese año; y que los escritos de queja presentados ante el ministerio denunciando los actos de arbitrariedad del equipo causante de tan descomunal demora -que bien mereciera ser comunicada al Guinness para su anotación como récord- ni siquiera han sido contestados.

Efectivamente, es golfo incumplir una ley, y más aún cuando quien la incumple es la Administración del Estado. Para moralizar hay que predicar con el ejemplo-

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