Seis pianistas llegan a la final del XX Concurso Internacional de Piano Paloma O'Shea

El español Claudio Martínez ha quedado entre los finalistas

En medio de un clima entusiasta y especialmente interesante avanzan las pruebas del XX Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea. Después de las semifinales -un recital de 45 minutos y una sonata con violín o violonchelo en la que revalidaron su categoría como colaboradores Pedro León y Rafael Ramos-, el jurado ha señalado los seis nombres que pasarán a la final con la Orquesta de Cámara Escocesa, dirigida por Antoni Ros Marbá, para los conciertos de Mozart, y con la Sinfónica de RTVE, dirigida por Arpad Joo, para los grandes conciertos virtuosistas.

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En medio de un clima entusiasta y especialmente interesante avanzan las pruebas del XX Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea. Después de las semifinales -un recital de 45 minutos y una sonata con violín o violonchelo en la que revalidaron su categoría como colaboradores Pedro León y Rafael Ramos-, el jurado ha señalado los seis nombres que pasarán a la final con la Orquesta de Cámara Escocesa, dirigida por Antoni Ros Marbá, para los conciertos de Mozart, y con la Sinfónica de RTVE, dirigida por Arpad Joo, para los grandes conciertos virtuosistas.

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Prima en esta edición del concurso internacional de piano de Santander la participación de artistas jóvenes, pues sólo dos de los finalistas alcanzan los 29 y 30 años: el soviético Serguei Erojine y el holandés David Kuyken. Otro soviético, Víktor Lyadov, baja el listón a los 24 en tanto el veneciano Brenno Ambrosini está en los 23, el francés Jean-François Dichamp cuenta 22 y el madrileño Claudio Martínez Meliner se constituye en el benjamín de las últimas pruebas con sólo 20 años.Quinielas

Hay quinielas para todos los gustos, aun cuando la designación de los seis finalistas coincida con la apreciación general por la profunda musicalidad de los concursantes, en unos casos, por la brillantez de su técnica mecánica, que no excluye recto criterio, imaginación y fantasía, en otros.

Lo cierto es que parece cumplirse el deseo de Paloma O'Shea, al reformar notablemente las bases y la estructura del concurso que ella creó, de profundizar en valores eminentemente musicales sin ceder más de la cuenta al avasallador y espectacular virtuosismo competitivo.Hay razones también para suponer que el negro murciélago de los grandes concursos, denominado premio desierto, no tendrá ocasión para desplegar sus maléficas alas y hasta puede aventurarse que algún importante galardón visite los canales venecianos o la gran comunidad madrileña.

Los seis finalistas interpretarán un concierto de Mozart y un concierto del repertorio de los siglos XIX y XX. Los conciertos de Mozart han sido introducidos por primera vez en el concurso dentro de su programa de anticipo de celebración del bicentenario de la muerte del compositor.

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