La extrema derecha de la RFA se recompone y reelige a Schönhuber

La extrema derecha de la República Federal de Alemania (RFA) consiguió este fin de semana poner algo de orden en sus levantiscas filas reinstaurando en la jefatura del partido a su líder Franz Schönhuber, después de seis semanas en las que los duros habían tomado el mando de los Republikaner. La instantánea caída electoral que siguió al proceso de unificación alemana, había abierto las puertas a los neonazis, a los que Schönhuber había mantenido alejados de la cúpula del partido en su intento de conseguir entrar en la normalidad política y obtener representación parlamentaria.

La vuelta...

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La extrema derecha de la República Federal de Alemania (RFA) consiguió este fin de semana poner algo de orden en sus levantiscas filas reinstaurando en la jefatura del partido a su líder Franz Schönhuber, después de seis semanas en las que los duros habían tomado el mando de los Republikaner. La instantánea caída electoral que siguió al proceso de unificación alemana, había abierto las puertas a los neonazis, a los que Schönhuber había mantenido alejados de la cúpula del partido en su intento de conseguir entrar en la normalidad política y obtener representación parlamentaria.

La vuelta de Schönhuber a la presidencia de los Republikaner se produjo, de todos modos, en la clásica tradición extravagante del partido, en un ambiente tumultuoso y chillón que, en esta ocasión se volvió contra los dos cabezas de la rebelión, Harald Neubauer y Johanna Grund. En el más puro estile. del partido, el congreso extraordinario de los Reps tuvo lugar en un beer hall -las enormes cervecerías típicas de Baviera- en la localidad de Ruhstorf, cerca de Passau, en la frontera con Austria.

'Yo estuve allí'

Schönhuber, un antiguo presentador de la televisión bávara, gran amigo de Franz Josef Strauss y militante de la CSU, perdió su trabajo tras la publicación de un libro de memorias titulado Ich war dabei (Yo estuve allí), en el que relataba sus experiencias como oficial de las infaustas SS hitlerianas durante la II Guerra Mundial y donde, hasta cierto punto, justificaba su comportamiento.A raíz de este escándalo aprovechó su gran capacidad como comunicador y su conocimiento del partido para organizar su venganza contra la CSU creando el partido Republikaner. Su salida fue espeluznante. En enero del año pasado conseguía entrar en el Senado de Berlín Occidental. Las sucesivas elecciones locales y regionales siguieron hinchando el globo hasta el punto máximo. Hace un año, en las elecciones al Parlamento Europeo, los Reps obtuvieron cerca de un 8% en toda la RFA y superaron el 15% en Baviera. Se habían convertido en un monstruo que amenazaba con desestabilizar todo el andamiaje político del país y, de hecho, forzaron a un zafio giro a la derecha del partido del canciller Kohl, la CDU, que veía cómo con esta amenaza por su derecha se comprometía totalmente su futuro, impedido, como estaba, de entregarse a un abrazo mortal con los Reps.

Cambio de paisaje

Pero su cenit coincidió con el cambio total del paisaje. La caída del régimen en Alemania Oriental, la apertura del muro y, finalmente, la carrera a la unificación le dejaron sin espacio político.Aun así, su presencia en la escena política obligó a Kohl -obsesionado con no perder votos por su derecha- a cometer una serie de torpezas; la más evidente, los patinazos dados en el tema de la frontera con Polonia.

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Las últimas elecciones en Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia, así como las municipales de Baviera, mostraron la rapidez con que los Reps se habían deshinchado. En las dos primeras no superaron en 2%, mientras que en su feudo, Baviera, ni siquiera llegaron al 5%. Esto abrió una crisis en el partido aprovechada por los elementos más descaradamente neonazis, concretamente el delirante Harald Neubauer, un pequeño Gbbbels con gran capacidad oratoria a quien el viejo Schönhuber mantenía controlado para intentar tomar el poder en el partido y pasar de la extrema derecha a un neonazismo militante.

Seis semanas después de que Schönhuber se viera forzado a presentar su dimisión ha vuelto a recuperar el liderazgo del partido. Neubauer y Grund fueron abucheados por los delegados presentes, y su candidato a la presidencia, Emil Schlee, un oscuro profesor de lengua de Schleswig-Holstein, derrotado. Schönhuber calificó a los que intentaron deshacerse de él de "una horda que nos llevaba a la ruina".

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