La URSS, Japón, Islandia y Noruega pretenden levantar la veda de las ballenas

Los 28 países que asisten a la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional en Noordwijk (Holanda), revisan la moratoria de veda sobre las ballenas acordada en 1982 por 25 de sus 37 miembros. Japón, Noruega, Islandia y la URSS abogan por su levantamiento.

Los ecologistas consideran que mantener la veda es indispensable, sobre todo para preservar las especies pequeñas de las ballenas. Desde que la prohibición entrara en vigor en 1986, alrededor de 13.650 ballenas han sido arponeadas con "motivos científicos" en los océanos Atlántico y Pacífico y en el Antártico. El Parlamento Eur...

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Los 28 países que asisten a la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional en Noordwijk (Holanda), revisan la moratoria de veda sobre las ballenas acordada en 1982 por 25 de sus 37 miembros. Japón, Noruega, Islandia y la URSS abogan por su levantamiento.

Los ecologistas consideran que mantener la veda es indispensable, sobre todo para preservar las especies pequeñas de las ballenas. Desde que la prohibición entrara en vigor en 1986, alrededor de 13.650 ballenas han sido arponeadas con "motivos científicos" en los océanos Atlántico y Pacífico y en el Antártico. El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución por la que solicita el mantenimiento de la veda. España es uno de los países que apoyan esta propuesta.El informe presentado ante la Comisión cifra también en 101.284 el número total de delfines capturados durante la pesca del atún en la zona este del Pacífico. La Agencia de Investigación Ambiental, con sedes en Londres y en Washington, ha presentado en Noordwijk una nota en la que reclama protección para las 65 especies de delfines, marsopas y pequeñas ballenas, medio millón de las cuales son sacrificada cada año.

Según sus datos, los pescadores de Japón, Perú y Dinamarca protagonizan las matanzas más salvajes de delfines del mundo. Taiwan, Corea, México, Estados Unidos, Venezuela y Ecuador aparecen también entre los países implicados. La carne del delfín se transforma en pienso o sirve de alimento a los propios pescadores.

Pesca científica

En el apartado de pequeñas ballenas, Noruega tratará de convencer a la Comisión de la necesidad de permitir por lo menos la pesca de 1.500 ejemplares al año en el noroeste atlántico. Hasta 1986, sus barcos atraparon unos 100.000 cetáceos pequeños. Japón prevé por su parte la captura de otros 300 ejemplares destinados a la investigación del papel que juegan en el ecosistema antártico.

La asociación nipona de pescadores emitió ayer un comunicado en el que asegura que, de suprimirse las capturas científicas, solicitará de su Gobierno la supresión de ayuda económica a aquellos países que la apoyen.

La Unión Soviética ha propuesto, para sorpresa de la Comisión, la pesca científica de 100 ejemplares anuales durante las dos próximas temporadas. Según los ecologistas, la URSS que había abandonado las capturas comerciales desde 1987, espera obtener grandes beneficios con la exportación de carne de ballena a Japón. La pesca destinada a la investigación científica está aceptada en la convención de 1946.

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