Crítica:

Siniestros entrañables

Siniestro TotalSegundo Grandia (bajo y voz), Ángel González (batería y voz), Javier Soto (guitarra y voz), Julián Hernández (voz, guitarra y armónica) y Miguel Costas (voz y guitarra). Madrid, día 22 de Junio. Sala Universal Sur. Lleno total. Precio de las entradas: 1.000 pesetas.

Se abre el telón y aparecen cinco gallegos. Uno se sienta a la batería, otro coge el bajo y el resto se cuelga sendas guitarras. "¡Un, dos, tres... va_!", dicen, justo antes de empezar a tocar. Su música es rock and roll punk y blues, todo aceleradísimo. Veinte minutos despues, el torbellino sono...

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Siniestro TotalSegundo Grandia (bajo y voz), Ángel González (batería y voz), Javier Soto (guitarra y voz), Julián Hernández (voz, guitarra y armónica) y Miguel Costas (voz y guitarra). Madrid, día 22 de Junio. Sala Universal Sur. Lleno total. Precio de las entradas: 1.000 pesetas.

Se abre el telón y aparecen cinco gallegos. Uno se sienta a la batería, otro coge el bajo y el resto se cuelga sendas guitarras. "¡Un, dos, tres... va_!", dicen, justo antes de empezar a tocar. Su música es rock and roll punk y blues, todo aceleradísimo. Veinte minutos despues, el torbellino sonoro se detiene por primera vez, después de haber vueltos locos a todos los que se han agolpado junto al escenario. Han interpretado sin interrupción 10 o tal vez 15 canciones de su amplísimo repertorio, canciones que han sido coreadas con mecánica devoción por toda la sala. Sólo uno, de los grupos españoles, es capaz de hacer algo así.Después de casi 10 años en la brecha, Siniestro Total se han convertido en un grupo entrañable. La crítica aprecia su evolución y el público les sabe agradecer su entrega escénica con constantes demostraciones de entusiasmo. En esas condiciones presentaron en la sala Universal Sur su séptimo disco, En beneficio de todos.

El sonido no fue malo, pero sí insuficiente para el tipo de música practicado por el grupo vigués. Esta banda no toca mal, pero podría hacerlo mucho mejor; prefieren, acertadamente, sacrificar la técnica en beneficio de la espontaneidad y así logran que su relación con el público sea inmejorable. Por fin han logrado salvar el gran escollo con el que chocan los grupos de sus características: ya no son un grupo que cuenta chistes a ritmo de rock. Ahora hacen música buena y divertida sin caer en trivialidades fáciles.

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