REPATRIACIÓN DE INMIGRANTES

El miedo reina en Vic

Marroquíes residentes en la zona se esconden en otros lugares

El miedo reina en el colectivo magrebí ahora más que nunca La última redada realizada por la policía contra trabajadores extranjeros en la zona de Vic ha desmembrado al grupo de marroquís que se habían establecido en esta comarca para trabajar, en condiciones de ¡legalidad la mayoría de ellos, en diversas industrias textiles,Decenas de estos trabajadores han sido expulsados por las autoridades al aplIcárseles la Ley de Extranjeria, mientras que los que han podido eludir la acción policial han decidido esconderse o trasladarse a otras ciudades.

El temor a ser detenidos y expulsados de Es...

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El miedo reina en el colectivo magrebí ahora más que nunca La última redada realizada por la policía contra trabajadores extranjeros en la zona de Vic ha desmembrado al grupo de marroquís que se habían establecido en esta comarca para trabajar, en condiciones de ¡legalidad la mayoría de ellos, en diversas industrias textiles,Decenas de estos trabajadores han sido expulsados por las autoridades al aplIcárseles la Ley de Extranjeria, mientras que los que han podido eludir la acción policial han decidido esconderse o trasladarse a otras ciudades.

El temor a ser detenidos y expulsados de España no sólo ha mermado la tranquilidad de los trabajadores que se hallan en situación ilegal, sino también la de aquéllos de esta misma nacionalidad afincados temporalmente en localidades cercanas a Vic que tienen su estancia regularizada.

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Nadie puede vivir tranquilo

Nayib Allal, de 25 años, uno de los que no tiene problemas legales, manifestó ayer que alguno de sus compañeros han optado por dejar momentáneamente sus lugares habituales de residencia por temor a que las redadas puedan reproducirse en cualquier momento. "Nos sentimos muv controlados, incluso los que'tenemos la documentación en regla. Aquí ningún marroquí puede vivir tranquilo", añadió. Entre la relación de marroquís expulsados figuraban cinco compañeros de Nayib que compartían una especie de zulo, en condiciones infrahumanas, en un inmueble de la calle Passió de Manlleu.

A pesar del temor existente, los marroquíes acuden con normalidad a sus centros de trabajo, que en la mayoría de los casos son empresas textiles, Muchos de ellos realizan turnos de noche, no tienen ningún vínculo laboral con la empresa y cobran por horas. Desde que se iniciaron las detenciones, éstos, indocumentados en la mayoría de los casos, no se dejan ver por la calle, ni frecuentan los lugares habituales para evitar ser identificados por la policía.

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Tampoco es fácil localizarles o hablar con ellos: "Cuando terminan el trabajo se esconden, porque no quieren problerrías", señala Naylb. Otros, según informaciones recogidas por la central sindical CC OO han decidido establecerse durante un tiempo en las afueras de las poblaciones donde viven, a la espera de que finalice la presión policial.

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