FERIA DE SAN ISIDRO

La más absoluta inhibición

Una vez más, Curro Romero convirtió su presencia en el ruedo en la inhibición absoluta, defraudando a sus numerosísimos partidarios, que habían acudido a Las Ventas con la esperanza de que diera alguna muestra de su calidad. Excepto algún capotazo en la brega, algún muletazo de pitón a pitón, renunció de plano a torear. Curro Romero parece dispuesto a que nadie le vea dar ni un pase en este tramo último de su vida torera, sin importarle que todas sus actuaciones terminen como la de ayer: abatido y a almohadillazos....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una vez más, Curro Romero convirtió su presencia en el ruedo en la inhibición absoluta, defraudando a sus numerosísimos partidarios, que habían acudido a Las Ventas con la esperanza de que diera alguna muestra de su calidad. Excepto algún capotazo en la brega, algún muletazo de pitón a pitón, renunció de plano a torear. Curro Romero parece dispuesto a que nadie le vea dar ni un pase en este tramo último de su vida torera, sin importarle que todas sus actuaciones terminen como la de ayer: abatido y a almohadillazos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En