Gorbachov pide a la primera minisstra lituana que se anule la declaración secesionista

El líder soviético, Mijaíl Gorbachov, se entrevistó ayer con la primera ministra de Lituania, Kazimiera Prunskiene, en lo que constituye la primera reunión del secretario general del PCUS con un dirigente lituano desde que la república báltica proclamó su independencia el pasado 11 de marzo.

La agencia Tass informó anoche que Gorbachov pidió nuevamente a la representante lituana que la dirección política de la república revoque su declaración secesionista. Prunskiene había llegado ayer por la tarde a Moscú con intención de entrevistarse con el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y h...

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El líder soviético, Mijaíl Gorbachov, se entrevistó ayer con la primera ministra de Lituania, Kazimiera Prunskiene, en lo que constituye la primera reunión del secretario general del PCUS con un dirigente lituano desde que la república báltica proclamó su independencia el pasado 11 de marzo.

La agencia Tass informó anoche que Gorbachov pidió nuevamente a la representante lituana que la dirección política de la república revoque su declaración secesionista. Prunskiene había llegado ayer por la tarde a Moscú con intención de entrevistarse con el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y hacerle entrega de un mensaje del Parlamento lituano, lo que que, según fuentes de Vilna, supone un intento de compromiso por parte de los dirigentes de la república báltica.El texto del mensaje era mantenido en secreto por los dirigentes lituanos, pero los medios consultados aseguran que Lituania está dispuesta a negociar sobre todos los temas, con excepción de la declaración de independencia como tal, lo que no sería obstáculo para suspender la validez de leyes adoptadas tras tal declaración. El mensaje fue aprobado en una sesión cerrada del Parlamento de la república.

Prunskiene no tenía ninguna garantía de ser escuchada por Mijaíl Gorbachov quien, interpelado previamente en un pasillo del Kremlin, donde asiste a las sesiones del Congreso de la República Federativa Rusa, dijo no haber recibido ninguna petición para reunirse con la primera ministra. Ésta se presentó en la capital soviética coincidiendo con la visita del secretario de Estado norteamericano, James Baker, con quien tiene previsto entrevistarse hoy.

La situación en el Báltico ejerce su influencia sobre la visita de Baker, que originalmente debía tener su punto fuerte en el control de armamentos. La cuestión lituana predominó en la primera reunión, el miércoles, entre Baker y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze. Ambos estuvieron juntos durante cuatro horas. Baker dijo ayer que se habían registrado pocos cambios en la posición soviética sobre control de armamento durante la primera sesión con Shevardnadze. Ayer por la mañana ambos volvían a reunirse de nuevo. Shevardnadze manifestó que la primera sesión había servido a la parte soviética para exponer sus posiciones sobre "todos los problemas, incluidos los misiles con base marítima y aérea".

Según observadores políticos, la primera ministra lituana trató de utilizar la influencia de Baker, partidario del diálogo entre Moscú y Vilna, para forzar a Gorbachov a sentarse a la mesa de negociaciones.

En Estonia, y en una muestra de solidaridad con Vilna, el primer ministro, Egdar Saavisar, ha ofrecido trabajo a 1.000 trabajadores lituanos. Saavisar recorrió varias fábricas con la intención de convencer a los trabajadores de que no hicieran huelga.

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El Gobierno estonio decidió también suspender temporalmente las actividades del Consejo Unido de los Colectivos laborales, la organización que reúne a los sectores prosoviéticos que mayoritariamente trabajan en el sector industrial de subordinación central moscovita.

Evitar el enfrentamiento

Por otra parte, el presidente soviético responsabilizó ayer a "a la mentalidad conservadora" de sus conciudadanos de las dificultades de la reforma tanto en política como en economía, y consideró que la aparición de partidos políticos nuevos supone un elemento de seguridad para los cambios. El presidente soviético contestó a preguntas de los periodistas durante un descanso de las sesiones del Congreso de la República Federativa Rusa, en el que hizo una larga disgresión sobre los problemas que acechan a la perestroika. Curiosamente, esta vez Gorbachov se apartó de su habitual costumbre de criticar tanto a la derecha como a la izquierda y arremetió contra el espíritu conservador. Incluso apoyó la aparición de nuevos partidos.

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