Crítica:MÚSICA CLÁSICA

El magisterio de Lutoslawski

Ha vuelto a Madrid para dirigir algunas de sus obras con la Orquesta Nacional el compositor polaco Witold Lutoslawski (Varsovia, 1913), una de las cabezas visibles de la contemporaneidad musical europea y uno de los creadores que otorgan significación y originalidad a la generación de 1916.Desde un estilo inicial que Rostand denomina, quizá exageradamente, de "avant-guerre", Lutoslawski evoluciona hasta una modernidad jamás cegada por los vientos y las beaterías de la moda.

Eran novedad en Madrid dos obras de la serie Chaines (las números 2 y 3), estrenadas ambas en 1986 en Zuric...

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Ha vuelto a Madrid para dirigir algunas de sus obras con la Orquesta Nacional el compositor polaco Witold Lutoslawski (Varsovia, 1913), una de las cabezas visibles de la contemporaneidad musical europea y uno de los creadores que otorgan significación y originalidad a la generación de 1916.Desde un estilo inicial que Rostand denomina, quizá exageradamente, de "avant-guerre", Lutoslawski evoluciona hasta una modernidad jamás cegada por los vientos y las beaterías de la moda.

Eran novedad en Madrid dos obras de la serie Chaines (las números 2 y 3), estrenadas ambas en 1986 en Zurich y San Francisco, respectivamente. Una y otra, a pesar de sus diversidades, coinciden al presentarnos el, pensamiento musical de Lutoslawski fuertemente expresivista, incluso lírico a veces, en estado de máxima depuración. La Chain 3, que estrenara la entonces jovencísima violinista Anne-Sophie Mutter, bajo la dirección de Paul Sacher, a quien está dedicada, alterna cuatro movimientos, dos de los cuales llevan la indicación ad libitum y los otros dos señalan a battuta, aún cuando en el tiempo final aparezca una sección intermedia libre.

Orquesta Nacional de España

Director: W. Lutoslawski. Solista: K. Jakowicz, violín. Obras de Lutoslawski. Auditorio Nacional. Madrid, 21 de abril.

La parte solista, de gran virtuosismo, responde a una suerte de meditación y tiene muy en cuenta las mejores posibilidades del violín, al que la orquesta aporta, más que sostén o paisaje, verdadero sentido sin necesidad de acudir a la menor aglomeración sonora. El magisterio de Lutoslawski se advierte, entre otras cosas, por la claridad, naturalidad y seguridad del discurso protagonizado en esta ocasión por el violista polaco Krzystof Jakowicz, tan admirable en su potencia técnica como en su rigor musical.

Más breve de proporciones, con mayor carga dramática en su planteamiento, en su dinámica y en sus densidades, Chain 3 intensifica un cierto misticismo sonoro que, más clarificado que en obras de otra época conecta coherentemente con ellas a la vez que nos dice el qué y el cómo del actual Lutoslawski. Como director sólo hay que decir del compositor polaco que enaltece la doble función compositor-intérprete, ideal para la transmisión meridiana de su pensamiento y su lenguaje. El éxito fue grande.

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