45 quimonos contemporáneos se muestran en Madrid

Las piezas son obras únicas del artista Itckiku Kubota tras 40 años de trabajo

Los quimonos de Itchiku Kubota son obras únicas que presentadas en conjunto representan a la vez la continuidad de una idea, como la línea de una melodía. Los 45 quimonos que se exhiben a partir de esta semana en la sala Millares del Museo de Arte Contemporáneo (MEAC) son la tarea de 40 años de trabajo individual y solitario. A pesar de ser prendas de vestir, estos quimonos no están destinados a ningún guardarropa. Son el documento de la búsqueda y la experimentación de una técnica personal, y cada centímetro de seda es para su autor el hallazgo de la perfección, de la belleza.

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Los quimonos de Itchiku Kubota son obras únicas que presentadas en conjunto representan a la vez la continuidad de una idea, como la línea de una melodía. Los 45 quimonos que se exhiben a partir de esta semana en la sala Millares del Museo de Arte Contemporáneo (MEAC) son la tarea de 40 años de trabajo individual y solitario. A pesar de ser prendas de vestir, estos quimonos no están destinados a ningún guardarropa. Son el documento de la búsqueda y la experimentación de una técnica personal, y cada centímetro de seda es para su autor el hallazgo de la perfección, de la belleza.

Itchiku Kubota tiene 73 años y espera vivir hasta los 103 para poder ver terminada la obra de su vida. Por la disciplina y pasión que pone en la realización de su trabajo es probable que lo logre. La exposición que presenta en el MEAC produce lo que la clave de un gran poema: un impacto, una emoción, un descubrimiento, algo así como un fresco aroma que no huele.La parte central de la exposición, compuesta por 30 quimonos, se titula Sinfonía de luz. "Lo que me interesa plasmar en esta serie son los juegos de luz en el paisaje a través de las cuatro estaciones", dice Kubota. Por ahora ha reflejado los cambios en el otoño y el invierno, y faltan la primavera y el verano, otros 30 años de labor. Él solo hace todo el trabajo, y cada quimono tiene como mínimo 30 o 40 teñidos distintos para obtener esa gama de tonos difuminados que logra con una técnica recreada a partir de los tsujigahana del siglo XVI.

La Sinfonía de luz se puede apreciar en su justa medida solamente con el despliegue que puede dar una exposición. El dibujo de un quimono continúa en el otro. El haz de luz nace en el horizonte de uno de ellos y termina con un blanco frío enceguecedor tres quimonos más allá. Cada obra está titulada con lemas como Como el río fluye, Pasión femenina mostrada sobre un quimono, Un prólogo del otoño que se acerca al invierno, Agua, agua por todas partes y Las montañas cubiertas de blanco puro.

También hay uno dedicado a Gaudí en el que el maestro ha tratado de captar la fuerza de las curvas del arquitecto catalán.

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