Un fuego intencionado destruyo el equipo contra incendios del parque nacional de Doñana

El incendio que durante la madrugada de ayer calcinó completamente un garaje del parque nacional de Doñana "fue intencionado, casi con toda seguridad", según declaró la gobernadora civil de Huelva, Violeta Alejandre. Las llamas destrozaron tres vehículos contra incendios y un todo terreno que estaban estacionados en ese almacén existente en la zona del coto conocida como El Acebuche. Las pérdidas superan los 50 millones de pesetas, según el director conservador del parque nacional, Jesús Casas, que calificó lo ocurrido como "un acto de terrorismo puro y duro".

La zona del entomo del par...

El incendio que durante la madrugada de ayer calcinó completamente un garaje del parque nacional de Doñana "fue intencionado, casi con toda seguridad", según declaró la gobernadora civil de Huelva, Violeta Alejandre. Las llamas destrozaron tres vehículos contra incendios y un todo terreno que estaban estacionados en ese almacén existente en la zona del coto conocida como El Acebuche. Las pérdidas superan los 50 millones de pesetas, según el director conservador del parque nacional, Jesús Casas, que calificó lo ocurrido como "un acto de terrorismo puro y duro".

La zona del entomo del parque nacional de Doñana ha vivido una creciente tensión desde que el pasado diciembre el pleno del Ayuntamiento de Almonte (Huelva) aprobó -con los votos en contra de Izquierda Unida (IU)- el proyecto de urbanización Costa Doñana. Este polérnico proyecto prevé la construcción de 32.000 plazas hoteleras en los aledaños del parque. Según los ecologistas, este proyecto supone un peligro de desecación para el acuífero 27, el principal recurso hídrico de Doñana.Enemigos

"Esto es terrorismo ecológico. Alguien ha perdido la cabeza", declaró el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido. El director conservador del parque de Doñana, Jesús Casas, criticó a los alcaldes de los pueblos del entorno de Doñana, "que días pasados han voceado públicamente que los biólogos del parque somos los primeros enemigos del desarrollo económico de la zona. Ahora, los propios trabajadores del coto tienen miedo, porque viven aquí, con sus familias. Hemos entrado en una dinámica de terror", dijo Casas.

Los vigilantes del parque descubrieron las llamas alrededor de las tres de la madrugada de ayer. Los bomberos llegados desde Huelva y Almonte evitaron la propagación del siniestro a través del parque, según el Gobierno Civil, pero el garaje quedó calcinado.

El IARA y el lcona enviaron a primeras horas de la mañana de ayer hasta el coto cinco vehículos contra incendios de caracterísficas semejantes a los calcinados, a fin de restaurar el dispositivo de seguridad ante algún posible fuego en las 50.000 hectáreas de Doñana. "La imagen de los cuatro coches quemados es una representación del tercermundismo en su aspecto más crudo", declaró Casas, visiblemente afectado. Los autores del fuego habían estudiado "perfectamente el terreno", según Casas. "Ha sido un trabajo bien hecho, digno de unos profesionales adiestrados. Incluso supieron bloquear los mecanismos contra incendios del local".

Barbarie

El presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, calificó como "una salvajada" el acto. "Constituye una destrucción de gran vileza", añadió Borbolla. El suceso, sin embargo, no tendrá ninguna repercuslón -según el presidente andaluz- en el período de reflexión que él mismo ha abierto sobre la bondad o no del proyecto de arbanización Costa Doñana. Borbolla pidió la semana pasada un informe a la Agencia de Medio Ambiente (AMA) y otro a la Consejería de Obras Públicas, que dirige Jaime Montaner, sobre ese proyecto. "Con las leyes actuales en la mano, esta urbanización puede ser o puede no ser posible. De ahí la necesidad de una reflexión pausada y de un consenso entre todas las administraciones implicadas y con competencias en el parque nacional", declaró Borbolla en Huelva el pasado fin de semana.

El promotor de Costa Doñana, SA, Salvador Echevarría, calificó el incendio como una barbanie, un obstáculo más en el camino de la urbanización.