Celaya piensa ya en escribir

A Gabriel Celaya, tras regresar a su casa de la clínica Ruber de Madrid, donde estuvo internado, le preocupa sobre todo "no encontrar los papeles de la declaración de la renta". Sin embargo, su ánimo es suficiente para pensar en asistir al homenaje que en julio le rendirá la universidad del País Vasco y en volver a escribir.

Amparo Gastón, su esposa, recrimina con ternura al poeta su tendencia al sedentarismo y le propone la posibilidad de salir a tomar el sol, "aunque sólo fuera dar un vuelta a la manzana" Sonriente, Celaya le responde: "Ya he recorrido dos veces el pasillo". Así trans...

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A Gabriel Celaya, tras regresar a su casa de la clínica Ruber de Madrid, donde estuvo internado, le preocupa sobre todo "no encontrar los papeles de la declaración de la renta". Sin embargo, su ánimo es suficiente para pensar en asistir al homenaje que en julio le rendirá la universidad del País Vasco y en volver a escribir.

Amparo Gastón, su esposa, recrimina con ternura al poeta su tendencia al sedentarismo y le propone la posibilidad de salir a tomar el sol, "aunque sólo fuera dar un vuelta a la manzana" Sonriente, Celaya le responde: "Ya he recorrido dos veces el pasillo". Así transcurren los primeros días de convalecencia de este poeta de 79 años, que, a pesar de sus olvidos de lo cotidiano, mantiene una absoluta clarividencia cuando habla de poesía. "Mi próximo libro, Orígenes, está formado por el rescate de la tercera parte de mi Trilogía vasca más 15 poemas nuevos que escribí el año pasado".Estos 15 poemas inéditos de autor de Lírica de cámara giran en torno a la teoría, "que tiene su fundamento", afirma Celaya "del origen cretense de los vascos. Son poemas de tono alegre el tono de lo que yo imagino que pudo ser la vida en la antigua Creta".

La charla del poeta se anima en torno a estos asuntos próximos a la creación. "Puede recordarse que cuando los primeros toreros andaluces subieron a torear al País Vasco, la gente les gritaba:'¡Menos capa!'.'¡Fuera la capa!'. Y esto era porque estaban habituados al toreo de las Landas francesas, más de quiebro a cuerpo limpio o con garrocha".

La posibilidad de volver a escribir no le parece lejana, aunque ahora se muestra más preocupado por asuntos más domésticos, como la declaración de la renta o los continuos cuidados a los que Amparo le obliga a someterse. "Volveré a escribir esta primavera, pero, claro, eso no depende enteramente de la voluntad; también tiene que aparecer el deseo, la poesía se amolda mal a la voluntad de los hombres".

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