Miles de chinos se concentran en Tiananmen tras la supresión de la ley marcial

Miles de pequineses acudieron ayer a la plaza de Tiananmen para celebrar discretamente el fin del levantamiento de la ley marcial que desde el pasado 20 de mayo regía en la capital de la República Popular. La mirada vigilante de decenas de policías impidió que hubiera una manifestación mayor de alegría o cualquier acto que volviera a recordar las ansias de libertad y democracia de que fue escenario esa plaza desde mediados de abril hasta que los carros de combate pusieron fin a la revuelta estudiantil, el 4 de junio pasado.

Tiananmen (Puerta de la Armonía Celestial) fue hasta esa fecha ...

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Miles de pequineses acudieron ayer a la plaza de Tiananmen para celebrar discretamente el fin del levantamiento de la ley marcial que desde el pasado 20 de mayo regía en la capital de la República Popular. La mirada vigilante de decenas de policías impidió que hubiera una manifestación mayor de alegría o cualquier acto que volviera a recordar las ansias de libertad y democracia de que fue escenario esa plaza desde mediados de abril hasta que los carros de combate pusieron fin a la revuelta estudiantil, el 4 de junio pasado.

Tiananmen (Puerta de la Armonía Celestial) fue hasta esa fecha el símbolo de la nueva China comunista. En uno de sus laterales se yergue el inmenso palacio del Pueblo, sede de la Asamblea Popular Nacional, y en el centro, el monumento a los Héroes y el mausoleo de Mao Zedong. Tras la represión militar que costó la vida a centenares de personas, había permanecido cerrada al público y ofrecía un aspecto desolador. Unicamente los soldados y la policía armada eran sus visitantes. No se podía transitar por ella más que en vehículos, y ni siquiera los autobuses estaban autorizados a detenerse.Tras el anuncio del levantamiento de la ley marcial, hecho en la noche del miércoles por el primer ministro, Li Peng, la plaza recuperó su fisonomía habitual de antes de abril. La población volvió a pasearse por Tiananmen y se volvieron a formar las enormes colas para visitar el mausoleo del gran timonel.

Poco después de la medianoche del jueves, una representación de los soldados y policías encargados de hacer cumplir la ley marcial salían de la plaza en medio de una nube de fotógrafos y periodistas de todo el mundo. Sin embargo, en la mañana de ayer aún permanecían las compañías de soldados que durante estos meses han tenido su cuartel en el Museo de Historia, situado en uno de los laterales de la plaza.

El resto de la ciudad apenas ha notado el cambio en la situación, que, según Li Peng -el mismo dirigente que decretó la ley marcial-, es estable. El primer ministro aseguró que el orden social ha sido restablecido, aunque señaló que "siguen existiendo algunos focos de inestabilidad" tras la "victoria contra la rebelión contrarrevolucionaria".

La normalidad de la situación aducida por Li Peng no parece ser la razón inmediata del levantamiento de la ley marcial en Pekín, sino más bien las presiones y sanciones impuestas por Estados Unidos y los aliados occidentales, que exigían un gesto de China para poner fin a éstas y mejorar las deterioradas relaciones.

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"Fuerzas hostiles dentro y fuera del país no cejarán en su empeño de subvertir el sistema socialista de nuestra nación", afirmó Li Peng en el discurso televisado en que anunciaba el levantamiento de la ley marcial.

La supresión del régimen militar imperante en la capital ha sido, al parecer, el gesto esperado por el Gobierno estadounidense como contrapartida a la visita que realizaron a Pekín el pasado 9 de diciembre el consejero de Seguridad Nacional, Ben Scowcroft, y el subsecretario de Estado, Lawrence Eagleburger.

Después de aquella visita, ampliamente difundida por las autoridades chinas, con la que el presidente estradonudense, George Bush, se desdecía de su sanción de no mantener contactos de alto nivel, el tono de las declaraciones chinas sobre Estados Unidos se suavizó, y un mes después se ha levantado la ley marcial en la capital.

[El presidente Bush calificó la decisión de Pekín de "importante paso". "Para aquiellos que están interesados en los derechos humanos y en las reformas que se estaban realizando y que todos queremos que avancen, no existe posibilidad alguna de decir que no ha sido positivo", señaló Bush, informa Reuter].

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