Recordando a Herrhausen

De cuando en cuando nos encontramos con alguien que nos llama poderosamente la atención, alguien que se separa de lo normal porque tiene luz propia. Pienso que cuantos le conocieron estarían de acuerdo en afirmar que Alfred Herrhausen era una de estas personas.Tuve la suerte de tratarle a lo largo de estos últimos años no en su papel estricto de banquero y cabeza de una de las entidades financieras más prestigiosas de Europa, sino en su faceta de persona interesada por las cuestiones internacionales y especialmente por los temas europeos, como miembro del Comité Ejecutivo de Bilderberg y del C...

De cuando en cuando nos encontramos con alguien que nos llama poderosamente la atención, alguien que se separa de lo normal porque tiene luz propia. Pienso que cuantos le conocieron estarían de acuerdo en afirmar que Alfred Herrhausen era una de estas personas.Tuve la suerte de tratarle a lo largo de estos últimos años no en su papel estricto de banquero y cabeza de una de las entidades financieras más prestigiosas de Europa, sino en su faceta de persona interesada por las cuestiones internacionales y especialmente por los temas europeos, como miembro del Comité Ejecutivo de Bilderberg y del Comité de Acción por Europa, el antiguo Comité Monet. Su papel en ambas entidades fue sin duda memorable, y su contribución a las reuniones era siempre esperada por su profundo conocimiento de los temas, su visión amplia y suvalor para abordar las cuestiones sin tapujos ni convencionalismos.

Decía lo que pensaba, cosa poco frecuente en personas de tanta responsabilidad, y lo hacía con gran autoridad y capacidad de conviccion. Era un verdadero privilegio oírle hablar acerca de temas como la reunificación alemana o la deuda del Tercer Mundo en los que su opinión tenía un especialísimo valor.

Así, en relación con la deuda de los países no desarrollados fue uno de los primeros en proclamar la necesidad de encontrar una fórmula que permitiera llegar a una quita condicionada de la deuda, mucho antes de que surgiera el llamado Plan Brady.

Era una actitud valiente y realista que no gustaba a muchos de sus colegas, pero que se vio más tarde respaldada por el criterio de las instituciones internacionales, la política del propio Gobierno norteamericano y las medidas adoptadas por la banca.

Herrhausen era, además, un gran europeísta. Tenía una visión no sólo económica sino también política de la unión europea y luchó mucho desde su importante posición por avanzar en el proceso de la unión monetaria. Los acontecimientos recientes vividos por Alemania del Este, lejos de enfriar su ideal europeísta, reforzaron su convicción de la necesidad de crear una Europa fuerte y unida.

Creía firmemente en una "Alemania unida" dentro de una "Europa unida", y así nos lo explicó, con su conocida elocuencia, en una de las últimas reuniones celebrada hace pocas semanas. Descanse en paz Alfred Herrhausen, que será recordado por muchos motivos, pero sobre todo porque fue capaz de inspirar a los demás con sus ideas y con su ejemplo.