Artistas del Bolshoi
Durante toda la semana, el auditorio del Palacio de Congresos ha acogido a un pequeño grupo de solistas pertenecientes al los elencos estables del teatro Bolshoi de Moscú en un programa mixto de música y ballet poco usual en nuestras carteleras. Aunque no se trataba de: primerísimas figuras internacionalmente conocidas, el atractivo del prestigioso Gran Teatro atrajo a un buen número de espectadores.Los cantantes Nina Rautio, Nina Fomina, Zurab Sotkilava y Stanislav Suleimanov interpretaron piezas del repertorio lírico ruso (Mussorgski, Rimski-Korsakov, Rachmaninov, Glinka y Chalkovski) con al...
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Durante toda la semana, el auditorio del Palacio de Congresos ha acogido a un pequeño grupo de solistas pertenecientes al los elencos estables del teatro Bolshoi de Moscú en un programa mixto de música y ballet poco usual en nuestras carteleras. Aunque no se trataba de: primerísimas figuras internacionalmente conocidas, el atractivo del prestigioso Gran Teatro atrajo a un buen número de espectadores.Los cantantes Nina Rautio, Nina Fomina, Zurab Sotkilava y Stanislav Suleimanov interpretaron piezas del repertorio lírico ruso (Mussorgski, Rimski-Korsakov, Rachmaninov, Glinka y Chalkovski) con alguna incursión en temas italianos y españoles, y la pianista Alla Basrguina, obras de Scriabin, Debussy y la Córdoba de Albéniz.
Gala de estrellas del teatro Bolshoi de Moscú
Olga Suvorova, Valeri Anisimov, Nina Semizorova y Alexander Vetroy (ballet); Nina Rautio, Nina Fomina, Zarab Sotkilava y Stanislav Suleimariov (canto); Alla Barsguina (piano). Palacio de Congresos. Madrid, 6 de diciembre.
En cuanto a la danza, la joven Olga Suvorova y el bailarín solista Valeri Anisimov interpretaron el paso a dos extraído del segundo acto de la más característica obra del ballet romántico, Giselle, con pulcritud; la bailarina mostró más sensibilidad en el adagio del cisne blanco de El lago de los cisnes. Nina Semizorova y Alexander Vetrov -este último, ganador en 1985 de la medalla de oro del Concurso de Moscú- hicieron alarde de su dominio técnico en el paso a dos de El corsario, que resultó brillante. La Semizorova interpretó en último lugar una versión un poco sorprendente del solo de Michel Fokine La muerte del cisne, llena de ángulos y aristas, que demostró que esta pieza de concierto debería quizá administrarse con algo más de cuidado.