Un cuadro de Joaquín Sorolla, vendido en el precio récord de 142 millones de pesetas

Un coleccionista español compró 'Toros a enganchar la barca'

Joaquín Sorolla se ha convertido en la estrella de la pintura española y el mercado empieza a reaccionar ante su fulgor. El pintor de la luz levantina consiguió ayer un récord en Sotheby's de Londres con Toros a enganchar la barca, adjudicado en 750.000 libras (142 millones de pesetas) a un coleccionista privado español. El cuadro procedía del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y, por su origen, estaba vedado a coleccionistas norteamericanos, lo que, según fuentes de Sotheby's, impidió que se consiguiera un precio más alto.

La de ayer fue la cuarta vez que, en dos años, la casa de s...

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Joaquín Sorolla se ha convertido en la estrella de la pintura española y el mercado empieza a reaccionar ante su fulgor. El pintor de la luz levantina consiguió ayer un récord en Sotheby's de Londres con Toros a enganchar la barca, adjudicado en 750.000 libras (142 millones de pesetas) a un coleccionista privado español. El cuadro procedía del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y, por su origen, estaba vedado a coleccionistas norteamericanos, lo que, según fuentes de Sotheby's, impidió que se consiguiera un precio más alto.

La de ayer fue la cuarta vez que, en dos años, la casa de subastas londinense dedicaba una jornada a Pinturas españolas del siglo XIX, proyecto que tendrá una nueva edición el próximo mes de junio. Sorolla era la principal atracción de la mañana en una sala casi en su totalidad ocupada por galeristas y coleccionistas españoles que sabían a qué venían y se fueron con ello, pagando, en algunas ocasiones, precios muy por encima de lo estimado por la propia Sotheby's.

Toros a enganchar la barca dobló su estimación y fue adjudicado en 750.000 libras a alguien que pujó por teléfono y que, debido a la comisión adicional, deberá abonar 835.000. La cifra ha batido un récord en la obra del pintor valenciano, que desde principios de año estaba en los casi cien millones de pesetas ofrecidos en Nueva York por Familia segoviana.

La segunda puja más alta de la sesión fue por un paisaje del barcelonés Eliseo Meifrén, adjudicado en 160.000 libras, al que siguieron los tres restantes Sorollas del día y un Romero de Torres, La Buenaventura, que quedó en las 100.000 libras. También los precios por estos dos artistas alcanzaron cotas nuevas. Todos estos cuadros fueron adquiridos por coleccionistas privados españoles que deseaban mantener el anonimato.

Un galerista español asistente a la puja comentaba que Sorolla es la mejor paleta de la época en España y que su valor está empezando a ser reconocido. Recordaba él cómo no hace mucho se pagaron lo que parecieron unos estratosféricos ocho millones por una acuarela del pintor y ahora se daría con un canto en los dientes por haberse atrevido entonces con esa cifra.

"La pintura de Sorolla tiene una calidad de altura internacional", decía una fuente de Sotheby's que consideraba muy probable que Toros a enganchar la barca hubiese acabado en Estados Unidos de no ser porque el Gobierno norteamericano mantiene el boicoteo económico al régimen castrista y prohibe a sus ciudadanos comprar bienes procedentes de Cuba.

La misma fuente dijo que era una suerte para los coleccionistas españoles el que Sorolla sea todavía un desconocido, porque eso aún les permite poder aspirar a comprar uno. En la sala en que se llevó a cabo la subasta sólo se hablaba español y Sotheby's atribuyó el desinterés de los coleccionistas internacionales a que "la pintura española no ha estado expuesta al mercado internacional; hay que dar tiempo al tiempo".

El conocimiento que los españoles tenían del arte en oferta hizo de la subasta una cosa mortecina, con numerosos lienzos que no alcanzaron las previsiones mínimas. Había muchísima obra menor y Sotheby's reconoció que cada vez es más difícil colocarla: "Antes, la obra menor salía bien, pero la gente ya es muy selecta".

Los barones Thyssen

Entre los asistentes a la subasta estaban los barones Thyssen Bornemisza, que se llevaron por 38.000 libras un paisaje marinero de Meifrén y por 12.000 un lienzo de atmósfera andaluza del malagueño Gómez Gil.

Uno de los galeristas venía dispuesto a no dejar para otros determinadas piezas de la subasta. Una de ellas la consiguió en el límite máximo de lo estimado por Sotheby's y estaba satisfechísimo. Pero ésta era sólo la primera parte de la subasta de ese lienzo costumbrista. Concluida la sesión y al calor del almuerzo, él y otros colegas reunidos en cónclave, iban a pujar entre sí nuevamente por el precio último de la obra, que estimaba sería el doble de lo abonado en la puja abierta.

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