EL ESPINAR

Los consejos de El Jaro

El triunfo de Niño de la Taurina en su primer enemigo se lo debe por igual a su buen toreo y a seguir los continúos consejos que le voceaba su subalterno El Jaro. "Pónsela", la muleta. "Piérdele un paso". "Dále tiempo a recuperarse". "Échale el pecho". "Tírale del hocico con el engaño muy bajo". Estas frases y muchas otras de igual contenido técnico profería El Jaro desde un burladero. El diestro, que ya demostró ser un alumno aventajado en la escuela taurina de Madrid, siguió las proclamas y triunfo. Claro, que también el puso de su parte sus deleitosos redondos, sus larguísimos naturales de...

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El triunfo de Niño de la Taurina en su primer enemigo se lo debe por igual a su buen toreo y a seguir los continúos consejos que le voceaba su subalterno El Jaro. "Pónsela", la muleta. "Piérdele un paso". "Dále tiempo a recuperarse". "Échale el pecho". "Tírale del hocico con el engaño muy bajo". Estas frases y muchas otras de igual contenido técnico profería El Jaro desde un burladero. El diestro, que ya demostró ser un alumno aventajado en la escuela taurina de Madrid, siguió las proclamas y triunfo. Claro, que también el puso de su parte sus deleitosos redondos, sus larguísimos naturales de tronío y sus inspirados adornos. Después se dedicó a caldear más el cotarro con sus desplantes de hinojos. Enterró la espada hasta los gavilanes y recorrió ufano el ruedo, mirando de reojo a Jaro.

Perez Tabernero/ Robles, Domínguez, Niño de la Taurina

Toros de Mercedes Pérez Tabernero, desiguales de presencia, escasos de fuerzas, nobles. Julio Robles: ovación; oreja. Roberto Domínguez: oreja; ovación. Niño de la Taurina: dos orejas; palmas.Plaza de El Espinar (Segovia). Corrida de feria, 14 de agosto.

En el último, Niño se volvió díscolo o sordo y no solucionó los problemas que el animal le planteaba. "Tiés que cruzarte". "Quédate quieto y enlaza los pases". "Tira más de él". El diestro no sólo no escuchaba, sino que para engomnarlo del todo buscó y encontró el rincón umbrío a la hora de matar.

Robles brilló con el percal de forma majestuosa en casi todos sus lances. Después lidió, siempre con gusto y sentimiento, en plan salón al muy débeil primero, y en plan técnico al manso cuarto, con el que caló mas en los tendidos. Domínguez hizo lo mismo, pero en órden inverso y dejó igualmente un buen sabor.

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