Crítica:FLAMENCO

Guitarras jóvenes, cante maestro

Gerardo Núñez fue de nuevo un excepcional concertista. Uno de los verdaderamente grandes en la actualidad, porque a su capacidad técnica une imaginación, personalidad, un potencial creador admirable. Su interés por el jazz y otras formas musicales le permiten aportar a su propia música elementos enriquecedores, manteniendo sin embargo su identidad flamenca. Por lo menos, allí donde Núñez quiere seguir haciendo flamenco.Naranjito fue el gran maestro que todos conocemos. En el ejercicio de un dominio largo y con autoridad de todos los estilos, y ofreciendo en ocasiones formas prácticamente olvid...

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Gerardo Núñez fue de nuevo un excepcional concertista. Uno de los verdaderamente grandes en la actualidad, porque a su capacidad técnica une imaginación, personalidad, un potencial creador admirable. Su interés por el jazz y otras formas musicales le permiten aportar a su propia música elementos enriquecedores, manteniendo sin embargo su identidad flamenca. Por lo menos, allí donde Núñez quiere seguir haciendo flamenco.Naranjito fue el gran maestro que todos conocemos. En el ejercicio de un dominio largo y con autoridad de todos los estilos, y ofreciendo en ocasiones formas prácticamente olvidadas -una petenera primitiva, determinados matices antiguos de la soleá de los alfareros, las bulerías de Pepe Suárez-, alcanzó momentos de verdadero esplendor, en los que fue factor igualmente fundamental el toque de lujo que le hizo Riqueni.

Guitarra y concierto

Gerardo NúñezCante: Naranjito de Triana, con Rafael Riqueni al toque. Baile: Manuela Heredia Madrid. Los Veranos de la Villa. Jardines de Cecillo Rodríguez, 4 y 5 de agosto.

Manuela Heredia es una bailaora temperamental, que vive su baile apasionadamente. Con una gran estampa, su concepción del baile gitano, racial, nos brinda en ocasiones imágenes intensas y emotivas. Sin embargo, todavía observamos en ella una cierta limitación de recursos. Con Manuela bailó por bulerías Zhacalela, hijo de Faíco, una verdadera revelación puesto que no es conocido del gran público, y lo hizo con gracia, enjundia y señorío.

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