El Gobierno y la oposición abren un diálogo en Hungría para las elecciones de 1990

Las negociaciones entre el Gobierno y la oposición en Hungría comenzaron ayer en Budapest, retransmitidas en directo por televisión, en una nueva ronda para establecer las condiciones en que deberán celebrarse las primeras elecciones libres en 1990. Coincidiendo con la apertura de las conversaciones, el jefe del partido comunista (POSH), Karoly Grosz, anunció cambios en la dirección del partido en el pleno del comité central, que comenzará el próximo viernes.

Entre los objetivos declarados de la mesa redonda está la búsqueda de mecanismos para prevenir una involución violenta. La so...

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Las negociaciones entre el Gobierno y la oposición en Hungría comenzaron ayer en Budapest, retransmitidas en directo por televisión, en una nueva ronda para establecer las condiciones en que deberán celebrarse las primeras elecciones libres en 1990. Coincidiendo con la apertura de las conversaciones, el jefe del partido comunista (POSH), Karoly Grosz, anunció cambios en la dirección del partido en el pleno del comité central, que comenzará el próximo viernes.

Entre los objetivos declarados de la mesa redonda está la búsqueda de mecanismos para prevenir una involución violenta. La sombra de los sangrientos acontecimientos de Pekín planea sobre Budapest, que está siendo objeto estos días de durísimos ataques por parte de sus aliados en el Pacto de Varsovia.

Participan en el foro negociador miembros del partido comunista y el Gobierno, por un lado, las organizaciones populares oficiales, por otro, y los principales grupos de la oposición no comunista. Las conversaciones en dos grupos de trabajo, uno político y otro económico, deberán elaborar los proyectos legislativos para la transición democrática. Por un lado habrán de buscar vías para garantizar la operatividad de los partidos. Mientras el POSH aún cuenta con todo el aparato del Estado, los partidos emergentes carecen de toda infraestructura.

Mientras, se multiplican las críticas de países socialistas vecinos al proceso democratizador húngaro. Algunas de ellas con inequívocas advertencias. El diario oficial del partido comunista de la RDA publicó ayer íntegro un comentario calificando la manifestación de exaltación a los líderes del levantamiento de 1956 celebrada el 16 de junio en Budapest como "antisocialista y antisoviética. No es casual que la manifestación haya despertado profunda preocupación en Rumanía y Checoslovaquia", añadía el autor, Alexander Kondraschov.

Por otra parte, el Ministerio de Exteriores húngaro confirmó ayer que Rumania está construyendo una valla a lo largo de su frontera con Hungría para impedir la continua huida de sus conciudadanos al país vecino.

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