La patata caliente

, Durante algo más de 12 horas el presidente en ejercicio, el radical Raúl Alfonsín, y el candidato electo para sucederle, el peronista Carlos Menem, dieron la impresión de que en la crisis actual la presidencia de Argentina es una patata caliente, que abrasa las manos. Al mismo tiempo, Alfonsín y Menem, más o menos solapadamente, han hecho todo lo posible para que el trabajo sucio y el consiguiente desprestigio le cayese al otro.

Tras anunciar una "economía de guerra" y que seguiría hasta el final de su mandato, Alfonsín no tardó ni tres semanas en reconocer que ...

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, Durante algo más de 12 horas el presidente en ejercicio, el radical Raúl Alfonsín, y el candidato electo para sucederle, el peronista Carlos Menem, dieron la impresión de que en la crisis actual la presidencia de Argentina es una patata caliente, que abrasa las manos. Al mismo tiempo, Alfonsín y Menem, más o menos solapadamente, han hecho todo lo posible para que el trabajo sucio y el consiguiente desprestigio le cayese al otro.

Tras anunciar una "economía de guerra" y que seguiría hasta el final de su mandato, Alfonsín no tardó ni tres semanas en reconocer que no va más y arrojar la toalla en un discurso que tuvo mucho de "ahí queda eso". Menem ni siquiera es todavía presidente electo, porque no se han reunido los colegios electorales. No había cesado Menem de proclamar que deseaba recibir la banda de manos de su antecesor y que no se acortase el mandato presidencial, pero al mismo tiempo lanzaba todos los días el mensaje de "yo estoy listo". Designar el futuro gabinete fue el gesto definitivo. No tenía sentido que Menem expusiese a su equipo a un desgaste de casi medio año, antes de haber llegado a ejercer el poder.

Se dice de Alfonsín que "es un gallego terco" y de Menem que actúa "corno un turco árabe en el bazar". Da la impresión Alfonsín de proceder movido por repentinos impulsos de cólera. Al sentirse acosado por acusaciones de que se aferraba al puesto y por lo que consideraba táctica poco clara de su sucesor, lanzó su "ahí queda eso" en forma de ultimátum a Menem, que, en un primer momento pareció perplejo ante lo que se le venía encima. Tras comunicar que era imposible cumplir con los plazos que impuso Alfonsín, Menem anunció al mediodía de ayer que está dispuesto a realizar lo que siempre había anunciado y estará listo para asumir el 30 de junio.

La precipitación en la transmisión de poderes dejará sir, resolver el problema mifitar.Al renunciar sin lograr un acuerdo sobre el delicado asunto, Alfonsín suma este problema como una parte más de su pesada herencia.

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