CAOS EN CHINA

Li Peng arenga a los soldados

, ENVIADO ESPECIAL

Quienes sean los gobernantes en estos momentos en China envían con medida frecuencia señales al exterior para hacer creer que la situación política está controlada y que son meros infundios las versiones sobre enfrentamientos entre divisiones del Ejército.

Ayer, cuatro días después de los graves disturbios de la plaza de Tiananmen y de la militarización de Pekín, el primer ministro, Li Peng, de quien se rumoreó que había resultado ligeramente herido en el muslo por un disparo hecho por un soldado, reapareció fugazmente en televisión instando a un grupo de solda...

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Quienes sean los gobernantes en estos momentos en China envían con medida frecuencia señales al exterior para hacer creer que la situación política está controlada y que son meros infundios las versiones sobre enfrentamientos entre divisiones del Ejército.

Ayer, cuatro días después de los graves disturbios de la plaza de Tiananmen y de la militarización de Pekín, el primer ministro, Li Peng, de quien se rumoreó que había resultado ligeramente herido en el muslo por un disparo hecho por un soldado, reapareció fugazmente en televisión instando a un grupo de soldados a que sigan esforzándose en el cumplimiento de la ley marcial.

Pekín vivió ayer un día más tranquilo. La normalidad únicamente se vio rota a medianoche, cuando desde un camión varios soldados lanzaron una ráfaga de ametralladora contra un hotel en el barrio de extranjeros de Jianguomenwai.

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Los blindados abandonan las principales arterias de Pekín

Viene de la primera páginaLos blindados desaparecieron de las principales arterias, a excepción de la plaza de Tiananmen, y se observó una rotación de unidades militares. La mitad de la colonia española abandonó ayer Pekín en vuelo regular, vía Bangkok, con dirección a Madrid y Barcelona.

El primer ministro chino parece sentirse cómodo con el suspense. Li Peng no había sido visto desde el pasado 25 de mayo, cuando, aprovechando la audiencia concedida a tres embajadores extranjeros, reapareció cinco días después de la aplicación de la ley marcial saliendo al paso de las especulaciones de que su caída era inminente. La televisión lo mostró ayer acompañado del vicepresidente de la República, general Wang Zheng, en el momento en que entraba a paso normal en una sala del Gran Palacio del Pueblo donde esperaban militares. La voz del jefe del Gobierno no se escuchó. La noticia, difundida por la radio y la televisión, incluyó una frase escueta de Li Peng a los asistentes: "Camaradas, debéis estar fatigados. En nombre del comité central del partido y del Gobierno quiero expresaros nuestrasimpatía. Continuad esforzándoos en el cumplimiento de vuestro trabajo".

Las autoridades han decidido emplear la televisión -la Prensa escrita continúa sin publicarse- para tratar de transmitir a la población la imagen de que en la trágica madrugada del pasado domingo la milicia fue también víctima de salvajes acciones. Muestran repetidas veces escenas de soldados apaleados y de vehículos ¡incendiados. Ayer incluyeron la imagen inédita de un grupo de estudiantes en el momento en que abandonan Tiananmen al amanecer del domingo.

Vehículos ¡incendiados

El Gobierno chino afirma que ningún estudiante murió en la plaza esa noche. El equipo de televisión española que estuvo allí durante todo el tiempo ha confirmado esa tesis, pero agrega que los jóvenes continuaron caminando hacia una avenida más al sur y que muchos de ellos debieron morir después de que un pelotón de soldados lanzara gases lacrimógenos y disparara a discreción contra ellos.

Ha desaparecido, sin que se conozca bien el motivo, el presunto frente de defensa levantado con carros de combate en el puente de Jianguomenwai, que cerraba la entrada de cualquier eventual enemigo en la zona oriental de la ciudad. Las tropas comenzaron ayer a retirar los camiones incendiados los días anteriores y a limpiar la larga avenida de la Paz Celestial, uno de los principales focos de la batalla y que cruza Tiananmen. La parte sur de la plaza aparece ahora más despejada y ha sido abierta al tráfico. Una decena de tanques apuntando hacia afuera estaban ayer colocados en línea, no lejos del mausoleo de Mao Zedong, bien visibles a los ciclistas que circularon por el centro de Pekín en mayor número que en los días previos.

A las 7.30 de la mañana se producía un relevo de unidades. Dos centenares de camiones con soldados y avituallamiento s entraron por el este para dirigirse hacia Tiananmen. Desde mediodía, las principales arterias eran ocupadas por soldados colocados a cierta distancia y portando fusiles automáticos. En la calle Wangfujing, el centro comercial de Pekín, de forma sorprendente, varias personas se acercaban a un grupo de camiones militares y charlaban con los soldados como si nada hubiera sucedido.

La ciudad vivió una nueva jornada de éxodo. Veinticinco estudiantes, profesores, funcionarios con sus familiares y turistas españoles emprendían vuelo a primera hora de la tarde en dirección a Madrid y Barcelona. Los restantes componentes de la colonia española, que apenas llega al medio centenar, tienen previsto salir en los próximos días, a excepción del personal diplomático. En el apartamento de una becaria de la oficina comercial que se encuentra de vacaciones han aparecido numerosos casquillos de las balas que el día anterior lanzaron locamente un grupo de soldados en el área residencial de Jianguomenwai.

Impactos de metralla

En muchos balcones de viviendas se apreciaban ayer con más tranquilidad los impactos de la metralla. El embajador británico presentó horas después de los sucesos una fuerte protesta al ministerio de Asuntos Exteriores. Ayer, las autoridades dieron su propia versión de los hechos.

Según Radio Pekín, un convoy militar que se dirigía a las diez de la mañana en dirección oeste fue atacado con disparos en la zona de Jianguomenwai, muriendo tres soldados y resultando herido otro. La emisora dijo que las tropas respondieron a la agresión y cerraron la zona, retirándose horas después. Fuentes occidentales opinan que el verdadero móvil de la acción del miércoles fue la irritación que despierta en el Ejército la presencia de cámaras de televisión extranjeras colocadas en las ventanas de pisos o en las habitaciones de los hoteles de esa zona.

Las autoridades emitieron ayer un comunicado por el que se afirma que tanto la federación autónoma estudiantil como la federación autónoma obrera de la capital, los dos movimientos protagonistas de la primavera de Pekín, son considerados ilegales y deben ser inmediatamente disueltas, al tiempo que se llama a sus líderes a hacer pública autocrítica so pena de ser detenidos.

Por otra parte, la comisión de educación nacional anunció ayer que todos los estudiantes de último curso de carrera que no pasen los exámenes finales el mes próximo serán expulsados de la universidad.

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