De la caricatura a la grandeza
Veinte noches de flamenco seguidas -salvo los domingos- son muchas noches, y sin embargo la asistencia de público fue excelente; cuando la sala no estaba llena era la excepción. El programa, en líneas generales, fue interesante, con los lógicos altibajos, que van de nombres consagradísimos -Sordera, Carmen Linares, Mercé, por ejemplo- a otros casi desconocidos o muy jóvenes aún y que se hayan en sus comienzos.De las actuaciones quedan algunas impresiones muy concretas. Una de ellas, la lamentable presencia de Manuel Agujetas, que se comportó de manera irritante, entre la caricatura y la parodi...
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Veinte noches de flamenco seguidas -salvo los domingos- son muchas noches, y sin embargo la asistencia de público fue excelente; cuando la sala no estaba llena era la excepción. El programa, en líneas generales, fue interesante, con los lógicos altibajos, que van de nombres consagradísimos -Sordera, Carmen Linares, Mercé, por ejemplo- a otros casi desconocidos o muy jóvenes aún y que se hayan en sus comienzos.De las actuaciones quedan algunas impresiones muy concretas. Una de ellas, la lamentable presencia de Manuel Agujetas, que se comportó de manera irritante, entre la caricatura y la parodia. Chocolate, aunque no redondeara una gran noche, dio un correcto recital, destacando por siguiriyas y esos fandangos suyos un tanto tremendistas que siempre tienen una formidable acogida.Noche memorable fue, sí, la segunda de Chano Lobato, que se volcó, como en él es normal, y dio una lección de ángel y duende, de jondura y grandeza; por tonás y siguiriyas estuvo inconmensurable, como en casi todo lo que hizo. Recital importante también el de Chaquetón, en un recorrido muy completo por los más diversos estilos del cante.
Ciclo flamenco de San Isidro
Madrid. Casa Patas. Del 12 de mayo al 3 de junio.