La oposición del Reino Unido

Como ocurre frecuentemente en materia de política social y sanitaria en la Comunidad Europea (CE), el Reino Unido se singularizó ayer pronunciándose en contra de las tres iniciativas tendentes a reducir el consumo de tabaco, no tanto porque se oponga al objetivo proclamado sino porque considera que no es ésta la tarea que incumbe a la Comisión Europea.Hace pocos días los representantes de Londres se mostraron reacios a la creación de una tarjeta comunitaria para las personas de la tercera edad, con la que obtendrían en los doce descuentos en transportes, espectáculos, etcétera.

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Como ocurre frecuentemente en materia de política social y sanitaria en la Comunidad Europea (CE), el Reino Unido se singularizó ayer pronunciándose en contra de las tres iniciativas tendentes a reducir el consumo de tabaco, no tanto porque se oponga al objetivo proclamado sino porque considera que no es ésta la tarea que incumbe a la Comisión Europea.Hace pocos días los representantes de Londres se mostraron reacios a la creación de una tarjeta comunitaria para las personas de la tercera edad, con la que obtendrían en los doce descuentos en transportes, espectáculos, etcétera.

Para argumentar su rechazo de las directivas sobre el etiquetado del tabaco y la fijación de un tope de alquitrán en los pitillos, el secretario de Sanidad británico, Kenneth Clarke, aseguró que las disposiciones previstas en ambos textos no añaden nada a las medidas tomadas a escala nacional, que el frenesí reglamentista del Ejecutivo europeo es excesivo y que en su empeño la Comisión interfiere con políticas nacionales.

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