Tribuna:POLONIA, DESPÚES DE LA MESA REDONDA

La angustia económica de Polonia

La situación económica es desesperada. Tanto que no e; descabellado pensar que la pe restroika polaca fue impulsada por la necesidad imperiosa de encontrar tablas de salvación en un Occidente que parece preferir ayudar a una democracia. Gorbachov abrió la puerta a las reformas; el desastre económico las aceleró. Casi se diría que, con tal de salir de marasmo, el Gobierno polaco estaba dispuesto a vender su alma al diablo. O tal vez a Walesa. Rakowski no parece sentir excesivo aprecio por Walesa, pero firmado el pacto éste está dedicado a viajar por el mundo pidiendo ayuda.¿Se le puede p...

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La situación económica es desesperada. Tanto que no e; descabellado pensar que la pe restroika polaca fue impulsada por la necesidad imperiosa de encontrar tablas de salvación en un Occidente que parece preferir ayudar a una democracia. Gorbachov abrió la puerta a las reformas; el desastre económico las aceleró. Casi se diría que, con tal de salir de marasmo, el Gobierno polaco estaba dispuesto a vender su alma al diablo. O tal vez a Walesa. Rakowski no parece sentir excesivo aprecio por Walesa, pero firmado el pacto éste está dedicado a viajar por el mundo pidiendo ayuda.¿Se le puede pedir al pueblo polaco que se apriete un poco más el cinturón? "Se puede", dice Rakowski, "pero no se sabe cuáles serían los resultados". Según el primer ministro, los dos problemas mayores son la deuda exterior (40.000 millones de dólares) y las "dificultades de pasar de un modelo económico a otro". Y es que, aunque no lo quiera confesar, el sistema de economía dirigida se está acabando. Han cambiando dramáticamente los modos sociales. Hasta el ministro de Industria, Wilezek, era ya dueño de su propia fábrica antes de ocupar la cartera.

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Rakowski admite que probablemente estas alternativas tengan algo desmoralizado al país. Con una inflación del ciento por ciento para este año, una industria obsoleta, un formidable absentismo laboral y la comodidad de años de paternalismo, no es fácil "poner el destino de un productor en sus propias manos, obligándole a hacer frente a sus responsabilidades. Desde luego, el Estado ya no va a cargar con ellas".

¿Qué espera Varsovia de la comunidad occidental? "Un pájaro en la mano y no volando". Algún hecho positivo por parte del Banco Mundial y del FMI. Un plan de tratamiento de la deuda como el que ha sido propuesto para Latinoamérica no es posible, pero, cuando menos, Polonia espera algo más de flexibilidad en el Club de París. "Muchos inversores occidentales están dispuestos a comprometerse, pero no quieren hacerlo sin la garantía de sus propios Gobiernos".

¿Y si no? "Sólo se puede pagar con lo que se tiene. Hoy sólo podemos pagar con ideas. Me sobran ideas que vender".

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