Los soviéticos abren su mercado al cine europeo

La perestroika soviética que ha permitido la recuperación de la obra cinematográfica de cineastas como Elem Klimov, Gleb Panfilov, Tenguiz Abuladze, Alexei Guerman, Nikita Mijalkov o Serguei Paradjanov, ha extendido su revolución descentralizadora al Goskino, Ministerio de la Cinematografía de la URSS. A partir de ahora la posibilidad de crear sociedades mixtas con dicha cinematografía para la coproducción, distribución y exhibición de películas ha iniciado la carrera entre las cinematografías occidentales por alcanzar estos acuerdos bilaterales y beneficiarse del enorme mercado ...

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La perestroika soviética que ha permitido la recuperación de la obra cinematográfica de cineastas como Elem Klimov, Gleb Panfilov, Tenguiz Abuladze, Alexei Guerman, Nikita Mijalkov o Serguei Paradjanov, ha extendido su revolución descentralizadora al Goskino, Ministerio de la Cinematografía de la URSS. A partir de ahora la posibilidad de crear sociedades mixtas con dicha cinematografía para la coproducción, distribución y exhibición de películas ha iniciado la carrera entre las cinematografías occidentales por alcanzar estos acuerdos bilaterales y beneficiarse del enorme mercado soviético, cuyas cifras de espectadores anuales -más de 4.000 millones al año- abren un nuevo e importante campo de rentabilidad cinematográfica.España puede ser el primer Estado occidental en beneficiarse de dichos acuerdos a través de la sociedad Alsov, una sociedad mixta ya aprobada por parte de las autoridades soviéticas, que espera por el momento luz verde por parte de las españolas.

En la URSS existen unas 7.000 salas de cine, más cerca de 140.000 puntos de proyección divididos entre fábricas, uniones de cineastas, centros de trabajo, cineclubes, etcétera. Actualmente se producen unas 150 películas al año. Cada una, para ser amortizada, necesita un mínimo de 17 millones de espectadores -el precio de la localidad es de unos 28 kopecs, unas 45 pesetas-, meta factible para un potencial cercano a los 5.000 millones de espectadores anuales.

Capital español

Alsov cuenta con 50% de capital español y 50% soviético y ha sido creada para la producción, distribución y exhibición cinematográfica entre España y la URSS. En dicha sociedad anónima con capital de participación extranjera, un presidente y dos consejeros, el consejero español es Enrique González Macho, director de Alta Filins, y copartícipe mayoritario de la sociedad propietaria de los cines Renoir de Madrid, dedicados a la exhibición de filmes en versión original.Enrique González Macho declaró a este diario la importancia "de esta oportunidad única para la difusión del cine español en la Unión Soviética" y afirmó la necesidad de utilizar esta vía para poder optar lo antes posible a la demanda de nuevos títulos, "pues el único problema que tienen los soviéticos es el de elegir los títulos que quieren comprar, ya que durante décadas apenas han entrado películas occidentales". Y recuerda que películas españolas como El nido, Stico, El amor brujo y Carmen fueron bien acogidas por el público soviético. "Espero", señaló González Macho, "que podamos adelantarnos a los demás proyectos europeos que aún están en fase de preparación, y el cine español sea el primero en beneficiarse de las actuales circunstancias".

La actual política del cine soviético de autofinanciación en los sectores de producción, distribución y comercialización permite a los distintos estudios de las repúblicas soviéticas vender, comprar y distribuir las películas directamente.

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