Crítica:CINE / 'PESADILLA EN ELM STREET 4'

¿Terror o asco?

El género terrorífico se ha llenado de subgéneros. La innovación en este terreno se consume en series de filmes-longaniza, como este de Elm Street, que comenzó bien con la idea de Wes Craven, pero que ya un filón rutinario.La propaganda del filme habla del "rostro pútrido, la risa satánica y las uñas como machetes de Freddy". No miente. Pero eso es todo y ya está visto. Novedad: variantes efectistas sobre lo sabido. Sustos, no terror; asco, no estremecimiento. Esto crea clientes y estos acuden al reclamo.

Pero el cine nada tiene que ver en el asunto, salvo en el capítulo -mecánic...

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El género terrorífico se ha llenado de subgéneros. La innovación en este terreno se consume en series de filmes-longaniza, como este de Elm Street, que comenzó bien con la idea de Wes Craven, pero que ya un filón rutinario.La propaganda del filme habla del "rostro pútrido, la risa satánica y las uñas como machetes de Freddy". No miente. Pero eso es todo y ya está visto. Novedad: variantes efectistas sobre lo sabido. Sustos, no terror; asco, no estremecimiento. Esto crea clientes y estos acuden al reclamo.

Pero el cine nada tiene que ver en el asunto, salvo en el capítulo -mecánica facilona, dada la evolución de las trucas- de fotografía y efectos especiales. Nada.

Pesadilla en Elm Street

Dirección: Renny Harlin,Fotografía: S. Fierberg. Diseño: Strawn. Estados Unidos, 1989. Actor: Robert Englund. Proyecciones, Torre de Madrid y Cristal.

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