Crítica:CANCIÓN

A la sombra de Jalisco

La infancia y adolescencia de los actuales cuarentones se debatía entre dos amores, a saber, Marisol y Rocío Dúrcal. Ha llovido ya desde entonces y Rocío Dúrcal sigue por esos mundos de Dios, no se raja y parece de Jalisco. De hecho, fundamentalmente canta rancheras que son coplas un tanto asilvestradas y no carentes de patetismo.En su presentación madrileña sale al escenario arropada por un derroche de músicos, mariachis, luz y sonido. A pesar de los años, Rocío Dúrcal tiene todavía un talante de colegiala que a primera vista no cuadra demasiado con los desgarros amorosos que canta. Quizá ah...

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La infancia y adolescencia de los actuales cuarentones se debatía entre dos amores, a saber, Marisol y Rocío Dúrcal. Ha llovido ya desde entonces y Rocío Dúrcal sigue por esos mundos de Dios, no se raja y parece de Jalisco. De hecho, fundamentalmente canta rancheras que son coplas un tanto asilvestradas y no carentes de patetismo.En su presentación madrileña sale al escenario arropada por un derroche de músicos, mariachis, luz y sonido. A pesar de los años, Rocío Dúrcal tiene todavía un talante de colegiala que a primera vista no cuadra demasiado con los desgarros amorosos que canta. Quizá ahí resida su morbo. Hay que destacar en ella su gran profesionalidad y la ausencia de parlamentos montaraces entre canción y canción.

Rocío Dúrcal

Teatro Monumental. Madrid, 16, 17, 18 y 19 de marzo.

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