Con Cassavetes desaparece uno de los escasos 'autores' de Hollywood

John Cassavetes, norteamericano de origen griego, símbolo en su juventud del cine underground neoyorquino y más tarde incorporado, como actor y director, a la industria de Hollywoodmurió en la madrugada de ayer en el hospital Cedars Sinai, de Los Angeles, a causa de una cirrosis hepática que padecía desde hace tres años. Su obra está indisolublemente asociada a un esfuerzo de síntesis entre las dos escuelas, neoyorquina y californiana, fundamentales del cine norteamericano. Sus años finales te convirtieron en un cineasita atípico, en un insólito autor fuera de norma en las nóminas de la indust...

John Cassavetes, norteamericano de origen griego, símbolo en su juventud del cine underground neoyorquino y más tarde incorporado, como actor y director, a la industria de Hollywoodmurió en la madrugada de ayer en el hospital Cedars Sinai, de Los Angeles, a causa de una cirrosis hepática que padecía desde hace tres años. Su obra está indisolublemente asociada a un esfuerzo de síntesis entre las dos escuelas, neoyorquina y californiana, fundamentales del cine norteamericano. Sus años finales te convirtieron en un cineasita atípico, en un insólito autor fuera de norma en las nóminas de la industria de Hollywood.

Cassavetes, que se consideraba a sí mismo antes actor que director, rechazaba los métodos de realización de filmes de Hollywood. Afirmaba que en ellos el actor era reducido a una marioneta y que se limitaba a obedecer sin experimentar en su trabajo libertad alguna.El poderoso estilo de Cassavetes proviene de su intento de acabar con este amordazamiento del actor. En palabras suyas, extraídas del excelente libro que sobre él escribió en 1986 el crítico Carlos Heredero, "en Shadows intentamos algo muy distinto. Iluminamos de manera que los actores pudieran actuar con libertad y ocurrió algo extraño: la cámara, al seguir a los actores, lo hacía sencilla y suavemente, mientras que cuando los actores tienen que acoplarse a un movimiento de la cámara sus movimientos se hacen espasmódicos, antinaturales y la cámara tiene dificultades para seguirles".

El sello de sus trabajos como raro autor cinematográfico en Hollywood reside en el peculiar comportamiento de los actores en sus filmes. Su condición de abanderado del underground de Nueva York, derivado de su artesanal Shadows o Sombras (1958), trajo sobre él ofertas de la industria, en la que se integró informalmente,con un pie puesto en sus orígenes y otro en las limitaciones (que combatió desde dentro) de los duros esquemas industriales de Hollywod.

En 1963 -realizó Angeles sin paraíso, con Burt Lancaster, que fue la pelícuila que le dio a conocer al gran público. Desde entonces combinó sus trabajos de actor (antes de realizar Shadows actuó en Crimen en las calles, Donde la ciudad termina y Más rápido que el viento, y después en una veinteila de fillmes, entre ellos El código del hampa, Doce del patíbulo y La semilla del diablo) con los de director. De éstos destacan Faces (1968), Husbands (1970), Una mujer bajo influencia (1974), Gloria (1980) y Corrientes de amor (1984).

Optó sin éxito al Oscar al mejor actor de reparto por Doce del patíbulo y triunfó en Berlín con Opening nigth (1978) y Coffientes de amor. No se prodigó tras este filme. Gran bebedor, su enorme vitalidad fue decayendo poco a poco, hasta quedar atrapada por ese hígado deshecho que ahora dio fin a su vida.