Cartas al director

Reconocimiento para los milicianos de la República

Soy una persona ya mayor: jubilado de la enseñanza. Desde muy joven me tocó vivir una etapa muy movida de nuestra historia contemporánea.Primero, el movimiento de octubre de 1934. Después, toda la secuela de la guerra civil, transformada en guerra de liberación nacional por la libertad e independencia de España. Viví intensamente la guerra: muy joven me incorporé en las filas del Ejército de la República. He actuado como miliciano en las primeras formaciones, después miliciano de la cultura, y en los últimos meses de frente, en el comisariado.

He gustado el pan amargo del exilio, y desp...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Soy una persona ya mayor: jubilado de la enseñanza. Desde muy joven me tocó vivir una etapa muy movida de nuestra historia contemporánea.Primero, el movimiento de octubre de 1934. Después, toda la secuela de la guerra civil, transformada en guerra de liberación nacional por la libertad e independencia de España. Viví intensamente la guerra: muy joven me incorporé en las filas del Ejército de la República. He actuado como miliciano en las primeras formaciones, después miliciano de la cultura, y en los últimos meses de frente, en el comisariado.

He gustado el pan amargo del exilio, y después, 12 años en las prisiones de la dictadura franquista. Las vicisitudes, los sufrimientos, han forjado en mí una segunda naturaleza. Fui, he sido y seré hasta el último hálito de vida un hombre convencido de la justeza en la defensa de la República.

Igual que yo somos en esta localidad más de 30 personas de la tercera edad: ex presos políticos de la dictadura franquista. Formamos un colectivo, estamos organizados bajo el significado de Ex Presos y Militantes de la II República Española.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Sin necesidad de hacer hincapié en la historia de los últimos 50 años pasados, sabemos que fuimos los primeros en combatir el fascismo en la II Guerra Mundial, pues ella se inició en España sin que se declarara. Luchamos, algunos, en la Resistencia francesa. Después, en la guerrilla del Maquis. A continuación, en las cárceles franquistas.

Todos los combatientes europeos contra el fascismo han tenido su recompensa material y moral. Incluso los japoneses residentes en Estados Unidos y combatientes en el Pacífico en la II Guerra también han sido compensados. Nosotros, no; nunca hemos perdido la esperanza, aunque nos despidamos de la vida con ella. Esperamos el reconocimiento moral y material del sacrificio de nuestras vidas. El intento de obtener un reconocimiento oficial de forma material y moral fracasó en una sesión del Parlamento cuando un Diputado de IU presentó un proyecto no de ley a nuestro favor, siendo rechazado por la minoría socialista del Parlamento en el pasado mes de junio.

Sin entrar en ninguna polémica de gastos militares, representativos, comunitarios, etcétera, reivindicamos ante la opinión pública nacional el reconocimiento de nuestro derecho, que consideamos tan legítimo como humano y justo.-Villarrobledo, Albacete.

Archivado En