El genio de una violinista

En medio de la tensión producida por la anunciada marcha de Jesús López Cobos, volvió el maestro zamorano a dirigir la Orquesta Nacional en su concierto de abono. Sin especiales manifestaciones, fue evidente que el público le dispensó al aparecer en el podio una ovación más prolongada de lo habitual. -Respondió el director y respondió la ONE con una actuación de gran calidad, especialmente mostrada en la preciosa Sinfonía en do mayor, Il distratto, de Haydn, una de esas páginas en las que perfección y ángel o duende se unifican a lo largo de seis movimientos en los que la ...

En medio de la tensión producida por la anunciada marcha de Jesús López Cobos, volvió el maestro zamorano a dirigir la Orquesta Nacional en su concierto de abono. Sin especiales manifestaciones, fue evidente que el público le dispensó al aparecer en el podio una ovación más prolongada de lo habitual. -Respondió el director y respondió la ONE con una actuación de gran calidad, especialmente mostrada en la preciosa Sinfonía en do mayor, Il distratto, de Haydn, una de esas páginas en las que perfección y ángel o duende se unifican a lo largo de seis movimientos en los que la expresión va de la lamentación concentrada del adagio a la vitalidad risueña del presto y el final.

No sólo hubo buena ejecución, sino verdadera interpretación, que continuó en el Concierto en sol mayor, para violín, de Mozart, y en el re menor, de Stravinski, protagonizados de modo insuperable por Anne-Sophie Mutter, con un sonido tan bello como poderoso, un fraseo magistral, una rítmica ejemplar y un, algo más indefinible propio de los intépretes con genio.