Un indulto para hacer justicia

La fiscalía de Barcelona pide la medida de gracia para un ex toxicómano que confesó 13 atracos

Agustín Hurtado Campillo, de 32 años y natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), acudió en junio de 1983 a una comisaría de Badalona para confesarse autor de 13atracos a diferentes comercios de Barcelona. Hurtado era toxicómano y quería abandonar la delincuencia y la droga. El joven cumplió las condenas y abandonó la heroína. Sin embargo, cuando va era libre y trabajaba como jornalero, una sentencia pendiente le hizo ingresar de nuevo en prisión. La fiscalía de Barcelona ha pedido un indulto porque entiende que se ha producido una "injusticia" con Hurtado.

A principios del mes de junio d...

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Agustín Hurtado Campillo, de 32 años y natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), acudió en junio de 1983 a una comisaría de Badalona para confesarse autor de 13atracos a diferentes comercios de Barcelona. Hurtado era toxicómano y quería abandonar la delincuencia y la droga. El joven cumplió las condenas y abandonó la heroína. Sin embargo, cuando va era libre y trabajaba como jornalero, una sentencia pendiente le hizo ingresar de nuevo en prisión. La fiscalía de Barcelona ha pedido un indulto porque entiende que se ha producido una "injusticia" con Hurtado.

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A principios del mes de junio de 1983, la madre de Hurtado recibió una llamada telefónica de la comisaría de Badalona en la que le comunicaron que su hijo debía presentarse para declarar sobre unas diligencias que tenía abiertas. El joven se presentó e hizo una confesión completa de los delitos que había cometido, ignorando si la llamada policial obedecía a la existericia de alguna sospecha sobre él.Hurtado confesó con detalle los 13 atracos que había realizado, entre enero y, junio de ese mismo año, a distintos establecimientos comerciales de Barcelona, utilizando siempre una pequeña navaja para intirnidar con la que nunca llegó a herir a nadie. También precisó que el destino del dinero robado era la compra de heroína y que quería dejar de ser toxicómano.

Acciones no denunciadas

Hurtado llegó a confesar cuatro robos que no fueron denunciados por la escasa cuantía de lo sustraído: entre 4.000 y 7.000 pesetas. El joven insistía en saldar todas sus cuentas pendientes con la justicia y propuso a la policía que le llevaran a los establecimientos que no habían presentado denuncias para que le reconocieran. Así lo fficieron y el resultado fue cuatro denuncias más. En total 13. Ninguno de los robos superó las 30.000 pesetas.

El delincuente arrepentido ingresó en la Modelo el 14 de junio de 1983 y fue juzgado, entre 1984 y 1985, por las seis salas de lo Penal existentes en la Audiencia de Barcelona. Todos los tribunales excepto vino, el de la sección cuarta, coincidieron en imponer al joven dos años de prisión por cada uno de los robos. La sanción fue rebajada porque todos los magistrados, excepto los tres de la sección cuarta, aplicaron una eximente incompleta por la adicción a la heroína y la atenuante de arrepentimiento espontáneo, ya que Hurtado hizo una confesión voluntaria.

Por el contrario, el tribunal de la sección cuarta, cuyo presidente era entonces Francisco Talón Martínez, le condenó a cuatro años de prisión al entender que una confesión voluntaria no se puede calificar como arrepentimiento espontáneo. Esta última sentencia fue recurrida ante el Tribunal Supremo por la abogada de Hurtado y su ejecución quedo en suspenso.

Mientras tanto, las otras 12 sentencias de dos años de prisión cada una fueron objeto de un expediente de acumulación de condenas y finalmente a Hurtado le correspondió cumplir seis años de cárcel. El 22 de octubre de 1987 salió en libertad.

El joven ya había cumplido su objetivo: saldar sus cuentas con la justicia y superar su toxicomanía. Hurtado se desplazó a Cádiz para trabajar en el campo, pero su libertad sólo duró nueve meses, ya que el 4 de julio pasado ingresó en la Modelo por una orden de busca y captura dictada por la sección cuarta de lo Penal.

Esta orden fue cursada porque el Tribunal Supremo había revocado la sentencia de cuatro años de prisión y en su lugar la rebajó a dos años. El motivo de la modificación es que el Supremo consideró que sí se había producido la atenuante de arrepentimiento espontáneo, en contra de lo sostenido por el tribunal de Barcelona.

Curiosamente, Hurtado volvió a verse entre rejas por un error cometido por la sección cuarta, ya que si en su día le hubiera impuesto la pena de dos años de prisión, ésta se habría acumulado al resto y, por consiguiente, la condena estaría saldada.Razones de equidad

Carlos Jiménez Villarejo, fiscal jefe de la Audiencia de Barcelona, fue informado pormenorizadamente del caso y designó a un fiscal especial para intentar paliar la injusticia cometida. Finalmente, solicitó el indulto para Hurtado en base a "razones de justicia y equidad".

En la petición de la medida de gracia se subraya, asimismo, que se ha producido una "injusticia material ( ... ) que se hubiera evitado con un correcto y puntual funcionamiento de los órganos jurisdiccionales que le juzgaron". La fiscalía, además, solicitó la suspensión de la condena, petición que fue admitida. Hurtado recuperó de nuevo la libertad el pasado jueves.

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