Crítica:FLAMENCO

La magia de lo 'jondo'

Veranos de la VillaGuitarra en concierto: Quique Paredes. Cante: Enrique Orozco, con el toque de Luis Pastor. Jardines de Cecilio Rodríguez. Madrid, 5 de agosto.

La voz de Enrique Orozco y la guitarra de Luis Pastor nos devolvieron la magia de lo jondo. Orozco hizo su cante de siempre, medido, justo, de gran conocedor. Dando a cada tercio lo suyo, sin pasarse jamás, pero asimismo sin quedarse corto. Fue un recital breve, que a todos nos supo a poco, pero en el que nos regaló verdaderas joyas como las malagueñas, las guajiras o las soleares.

Luis Pastor le puso e...

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Veranos de la VillaGuitarra en concierto: Quique Paredes. Cante: Enrique Orozco, con el toque de Luis Pastor. Jardines de Cecilio Rodríguez. Madrid, 5 de agosto.

La voz de Enrique Orozco y la guitarra de Luis Pastor nos devolvieron la magia de lo jondo. Orozco hizo su cante de siempre, medido, justo, de gran conocedor. Dando a cada tercio lo suyo, sin pasarse jamás, pero asimismo sin quedarse corto. Fue un recital breve, que a todos nos supo a poco, pero en el que nos regaló verdaderas joyas como las malagueñas, las guajiras o las soleares.

Luis Pastor le puso el toque de maravilla. Después de una sola pieza en concierto -él no había sido llamado para esoque fue una pura delicia, comenzó con el cantaor un diálogo de increíble belleza, en que el guitarrista dejó constancia una vez más de su fabulosa capacidad de comprensión del cante y lo que una guitarra ejemplar debe hacer acompañándolo.

Quique Paredes no dejó muy grata impresión. En solitario su toque es elemental y monocorde.

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