CIENCIA

Los biotecnólogos piden exenciones fiscales para las empresas que investiguen

Los científicos reunidos en el Congreso Nacional de Biotecnología que se ha celebrado durante esta semana en Barcelona criticaron ayer duramente la política fiscal del Gobierno y reclamaron la introducción de exenciones fiscales para las empresas que inviertan en investigación. Tanto los ponentes, representantes de las diferentes administraciones, como los participantes en el debate destacaron el elevado potencial de investigación que posee España en biotecnología, pero coincidieron en que el principal problema es la escasa cooperación entre la empresa privada y la comunidad científica.
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Los científicos reunidos en el Congreso Nacional de Biotecnología que se ha celebrado durante esta semana en Barcelona criticaron ayer duramente la política fiscal del Gobierno y reclamaron la introducción de exenciones fiscales para las empresas que inviertan en investigación. Tanto los ponentes, representantes de las diferentes administraciones, como los participantes en el debate destacaron el elevado potencial de investigación que posee España en biotecnología, pero coincidieron en que el principal problema es la escasa cooperación entre la empresa privada y la comunidad científica.

Una encuesta reciente ha revelado que los científicos españoles han cambiado radicalmente en los últimos años su concepto de sí mismos y de su relación con la empresa privada. Según explicó Armando Albert, que participó en la mesa redonda sobre política biotecnológica en representación del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, "hace diez años, los científicos estaban en su torre de marfil e ignoraban el mundo de las empresas, y ahora todos se muestran preocupados por la falta de diálogo entre los organismos públicos de investigación y las universidades". Joan Jofre, vicerrector de Investigación de la universidad de Barcelona, corroboró este cambio de mentalidad: "Antes, los científicos pensaban que trabajar para la empresa privada era poco menos que prostituirse", dijo, y explicó que la universidad a la que pertence ha intentado resolver el problema de acercar ambos sectores mediante la creación de una fundación pública, la fundación Bosch Gimpera, que canaliza las inversiones de empresas privadas hacia puntos de interés para ambos sectores y permite una gestión más eficaz de los recursos disponibles.

Alto riesgo

Jofre criticó, sin embargo, que esta posibilidad de colaboración topa con la política fiscal del Mínisterio de Hacienda, totalmente contrario a introducir exenciones fiscales para las empresas que inviertan en investigación. Igualmente críticos se mostraron Gabriel Ferrater, vicepresidente del CIRIT -organismo de la Generalitat encargado de promover la investigación- y rector de la Universidad Politécnica, y Josep Viñas, que preside otra fundación que canaliza recursos para la investigación. Armand Albert señaló que Hacienda prefiere invertir directamente el dinero que dejaría de percibir con las exenciones fiscales, porque así puede dirigir esos recursos a los planes que cree prioritarios.El profesor Joan Oró, que actualmente trabaja en el de partamento de Ciencias Biofisicas de la universidad norteamericana de Houston (Texas), fue tajante en esta cuestión: "Una política fiscal basada en exen ciones favorece y estimula la in versión. Y la prueba la tenemos en que el país que más ha investigado, EE UU, lo ha hecho por ese procedimiento. En estos momentos, siete de las nueve universidades norteamericanas que más investigan son independientes, por no utilizar la palabra privadas, que aquí tiene una connotación negativa, y trabajan en colaboración con las empresas".

El profesor Oró se refirió a las empresas creadas especialmente para comercializar el producto de alguna investigación puntera en biotecnología. "Son empresas que requieren un tratamiento especial, porque precisan de grandes inversiones de capital y son de altísimo riesgo. Hasta el punto de que, de las doscientas que aproximadamente se crearon en EE UU, apenas sobreviven 20. Un país como el nuestro no puede competir en este terreno, por eso necesitamos encontrar otros caminos que fomenten la colaboración, para lo cual es preciso una legislación fiscal idónea". El profesor Albert coincidió con esta valoración y citó al respecto la política que está realizando el CEDETI, dependiente del Ministerio de Industria, que llega a aportar hasta el 80% del capital de nuevas empresas de este tipo. Si la empresa va mal, el dinero se considera a fondo perdido, núentras que si tiene éxito, pueden devolver lo invertido por la administración.

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